Cada animal tiene un sonido particular para comunicarse: mientras que los perros usan el guau, los gatos utilizan el miau. Y aquí viene la pregunta: ¿es normal que el gato siamés maúlle tanto?
Cuando hablamos del «miau» lo hacemos de modo figurativo porque cada felino emite sonidos bastante variados y, algunos, hasta parecen hablar claro y fluido. Incluso, muchos amigos de este blog aseguran que sus gatos dicen «mamá». También existen los ultra parlanchines en contraposición a los que rara vez emiten sonido. ¿Los maullidos varían según la raza? ¿Es normal que el gato siamés maúlle tanto o está pasando otra cosa?
Lo cierto es que si un gato empieza a maullar mucho de un día para otro, hay que consultar con el veterinario porque podría estar pasando algo serio. Ojo, los maullidos constantes no siempre anuncian que algo malo. Simplemente algunas razas maúllan más que otras. ¡Y por distintas razones!
El maullido del gato puede ser muy simpático hasta que uno empieza a enloquecer. Imaginate que llegás del trabajo, completamente agotado y tu gato te recibe a puro maullido. Y ese sonido no cesa. Si el animal está sano pero habla sin parar es porque te quiere decir algo.
Los siameses, por ejemplo, son muy enérgicos y suelen utilizar mucho su voz. A diferencia de otras razas, exigen mucha atención y el maullido tiene que ver con eso. Por lo cual, antes de adoptar un siamés es importante tener en cuenta este sonoro detalle.
Comunicativos, intuitivos y muy inteligentes, adoran conversar y «compartir» momentos con sus tutores y eso incluye largos períodos de charla activa. Y hay que estar preparado emocionalmente para ello.
Felipe, el gato de nuestra amiga Florencia, solo maúlla cuando viene del jardín y lo hace para comentar sus andanzas con los vecinos. Es que, además de habladores seriales, suelen ser mucho más sociales que la mayoría de los otros felinos. Gustavo, por su parte, nos cuenta que su gatito Gordo tiene casa, comida, mimos, vive como un rey, está sano pero se pone a maullar a las 4 de la madrugada. Y eso lo está volviendo loco.
Si bien algunos expertos aseguran que los siameses desarrollan una habilidad única para comunicar mensajes específicos no debemos olvidar que ¡los gatos son crepusculares!
Cuando están en la naturaleza, los mejores horarios para cazar son al amanecer y al atardecer. No solo porque es el momento más fresco del día sino porque sus presas también son crepusculares. Jugar con ellos es crucial porque necesitan interactuar con nosotros y es ahí donde debemos «agendar» un horario de juego después de la última comida. Podés jugar con el animal dos veces al día pero esto debe ser algo de «todos los días a la misma hora» porque el gato es rutinario. 20 minutos de interacción es lo ideal pero debe ser tiempo de calidad: sin celulares ni nada que distraiga.