El animal como objeto


Introducción:

La humanización de gatos y perros es el primer gran problema detrás de la tendencia de disfrazar a los animales. Mucha gente los considera sus «hijos» y, por ende, cree que vestirlos es parte del cuidado. Sin embargo, al tratar a un animal como si fuera un humano, se ignoran sus necesidades naturales y se cae en el abuso.


Estamos en problemas


El abuso detrás de los disfraces
¿Te imaginás vistiendo a un pájaro para ganar «likes» en redes sociales? Aunque parece ridículo, el principio es el mismo con perros y gatos, solo que ellos, siendo más resistentes, permiten que hagamos casi cualquier cosa con ellos. Sin embargo, eso no lo convierte en algo aceptable. Jackson Galaxy, experto en comportamiento felino, dijo una vez: «Lo que más odio de la gente es escucharla decir ‘a ellos les encanta que les pongamos ropa, corbatines o disfraces’. Nos estamos pasando de la raya. Es una falta de respeto a su naturaleza».

Los animales no necesitan ropa o accesorios para ser parte de nuestras vidas. De hecho, cuando los obligamos a usar cosas que no son naturales para ellos, como disfraces o corbatas, los estamos estresando innecesariamente. No hay perros salvajes usando zapatillas o un gato vestido de reno en la naturaleza. Se trata de respetar su forma de existir.

Consecuencias del estrés en los animales
El estrés en los animales tiene consecuencias directas sobre su salud. Sus defensas bajan, igual que en los humanos, lo que los hace más vulnerables a enfermedades. Y si además están alimentados con comida ultraprocesada, esto agrava aún más su estado de salud.

Cuando tomamos decisiones como tutores, debemos pensar en lo mejor para su bienestar. Disfrazar a un perro o gato, especialmente a un animal rescatado que ya ha pasado por situaciones traumáticas, es una falta de respeto a su historia y sus necesidades. No tenemos derecho a hacerles esto.

La reflexión desde un punto de vista antropológico
En nuestro podcast sobre la humanización animal, el antropólogo Juan Manuel López Manfre nos recuerda algo importante: «Humanizar a los animales significa considerarlos parte de la familia, pero negando su propia existencia como otra especie. Los incluimos en nuestro clan, pero sin respetar su forma de ser». El problema es que los animales no pueden expresarse como nosotros. Si pudieran, probablemente nos mandarían al demonio. En cambio, se ponen tiesos, tiemblan o tratan de sacudirse, y los dueños, en lugar de ver su incomodidad, los fotografían y publican para ganar corazones y «me gusta» en redes sociales.

Pinterest y las redes sociales: un peligro para los animales

Pinterest, ya lo dijimos muchas veces, es el lugar más siniestro sobre la tierra en este aspecto. Allí podemos ver gente que le da dulces (tortas, helados, crema) a perros y gatos. ¡Gente que los hace caer o los pone en peligro solo para filmarlos! Personas que los disfrazan o los asustan. Y todas esas barbaridades son muy bien recompensadas con un montón de seguidores, y lamentablemente, la plataforma no permite denunciar nada de eso.

«Cada vez que entro a TikTok, Instagram o Facebook y veo un animal disfrazado, simplemente me desgarra un poco las entrañas», concluye Galaxy. A nosotros nos ocurre lo mismo. LOS ANIMALES NO SON COSAS. Apreciemos a nuestros gatos y perros por lo que son. Basta de abuso.

Conclusión:

Disfrazar a un animal puede parecer inofensivo, pero en realidad, está basado en la negación de su naturaleza y en la proyección de nuestras propias necesidades sobre ellos. Si realmente queremos ser tutores responsables, debemos respetar su forma de ser y priorizar siempre su bienestar, sin caer en modas que los estresan y los ponen en situaciones incómodas.
¿Conoces a alguien que disfrace a sus animales? Compartí este artículo y ayudemos a crear conciencia sobre el respeto y bienestar animal.

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