Muchas personas disfrutan vistiendo a los animales, pero esta práctica, aparentemente inofensiva, oculta un problema mayor. La humanización de los animales puede llevar a situaciones de maltrato y estrés. ¿Es realmente necesario? Aquí te contamos por qué está mal.
Introducción:
La humanización de gatos y perros es el primer gran problema detrás de la tendencia de disfrazar a los animales. Mucha gente los considera sus «hijos» y, por ende, cree que vestirlos es parte del cuidado. Sin embargo, al tratar a un animal como si fuera un humano, se ignoran sus necesidades naturales y se cae en el abuso.
Estamos en problemas
El abuso detrás de los disfraces ¿Te imaginás vistiendo a un pájaro para ganar «likes» en redes sociales? Aunque parece ridículo, el principio es el mismo con perros y gatos, solo que ellos, siendo más resistentes, permiten que hagamos casi cualquier cosa con ellos. Sin embargo, eso no lo convierte en algo aceptable. Jackson Galaxy, experto en comportamiento felino, dijo una vez: «Lo que más odio de la gente es escucharla decir ‘a ellos les encanta que les pongamos ropa, corbatines o disfraces’. Nos estamos pasando de la raya. Es una falta de respeto a su naturaleza».
Los animales no necesitan ropa o accesorios para ser parte de nuestras vidas. De hecho, cuando los obligamos a usar cosas que no son naturales para ellos, como disfraces o corbatas, los estamos estresando innecesariamente. No hay perros salvajes usando zapatillas o un gato vestido de reno en la naturaleza. Se trata de respetar su forma de existir.
Consecuencias del estrés en los animales El estrés en los animales tiene consecuencias directas sobre su salud. Sus defensas bajan, igual que en los humanos, lo que los hace más vulnerables a enfermedades. Y si además están alimentados con comida ultraprocesada, esto agrava aún más su estado de salud.
Cuando tomamos decisiones como tutores, debemos pensar en lo mejor para su bienestar. Disfrazar a un perro o gato, especialmente a un animal rescatado que ya ha pasado por situaciones traumáticas, es una falta de respeto a su historia y sus necesidades. No tenemos derecho a hacerles esto.
La reflexión desde un punto de vista antropológico En nuestro podcast sobre la humanización animal, el antropólogo Juan Manuel López Manfre nos recuerda algo importante: «Humanizar a los animales significa considerarlos parte de la familia, pero negando su propia existencia como otra especie. Los incluimos en nuestro clan, pero sin respetar su forma de ser». El problema es que los animales no pueden expresarse como nosotros. Si pudieran, probablemente nos mandarían al demonio. En cambio, se ponen tiesos, tiemblan o tratan de sacudirse, y los dueños, en lugar de ver su incomodidad, los fotografían y publican para ganar corazones y «me gusta» en redes sociales.
Pinterest y las redes sociales: un peligro para los animales
Pinterest, ya lo dijimos muchas veces, es el lugar más siniestro sobre la tierra en este aspecto. Allí podemos ver gente que le da dulces (tortas, helados, crema) a perros y gatos. ¡Gente que los hace caer o los pone en peligro solo para filmarlos! Personas que los disfrazan o los asustan. Y todas esas barbaridades son muy bien recompensadas con un montón de seguidores, y lamentablemente, la plataforma no permite denunciar nada de eso.
«Cada vez que entro a TikTok, Instagram o Facebook y veo un animal disfrazado, simplemente me desgarra un poco las entrañas», concluye Galaxy. A nosotros nos ocurre lo mismo. LOS ANIMALES NO SON COSAS. Apreciemos a nuestros gatos y perros por lo que son. Basta de abuso.
Melisa de Sinergia Animal destaca: «Es innecesario colocarles botitas, gorras o anteojos. Estas cosas les causan miedo, estrés, ansiedad, irritación y dificultad para moverse con normalidad. Solo porque a los humanos nos parece tierno, no significa que ellos lo disfruten».
Conclusión:
Disfrazar a un animal puede parecer inofensivo, pero en realidad, está basado en la negación de su naturaleza y en la proyección de nuestras propias necesidades sobre ellos. Si realmente queremos ser tutores responsables, debemos respetar su forma de ser y priorizar siempre su bienestar, sin caer en modas que los estresan y los ponen en situaciones incómodas. ¿Conoces a alguien que disfrace a sus animales? Compartí este artículo y ayudemos a crear conciencia sobre el respeto y bienestar animal.
La primera vez que vi a mi gato tratando de montar al otro, me horroricé. No entendía lo que estaba ocurriendo y no sabía cómo separarlos. Y la castración se dio en tiempo y forma, ¿por qué mi gato vive excitado?
Amtommio tenía la costumbre de montarse al otro gato. Esto era algo que me desesperaba porque, al ser el alfa de la casa, era todo por la fuerza y me angustiaba tener que presenciar tanto sometimiento. Dr. Oli Shapiro, por su parte, no hacía nada. Se quedaba quieto en un rincón mientras el otro se «desfogaba». En esa época, no sabía nada de animales y todo me hacía pensar que estaba mal castrado y que estaba sufriendo. «¿Por qué mi gato vive excitado?», le pregunté al veterinario que los atendía. Se rió pero no dio respuesta.
Llevé este asunto a diferentes profesionales que minimizaron la cuestión con un «imposible» o «no es nada». Y como la escena siguió repitiéndose a diario, casi sin freno, tuve que empezar a investigar por mi cuenta. Este comportamiento llamado «humping», se da principalmente en los machos pero no es exclusivo de ellos. Anahí Campero de «Gatos del Salón», me contó que a su gata le pasa exactamente lo mismo. «Arranca con un amasado normal, pero va in crescendo hasta que llega a ese punto en donde ya siento que es demasiado y la saco. Y ella me grita enojada, ofendida y se va».
Cuando algo así ocurre, lo primero que debemos hacer es… ¡llevar al animal a consulta y verificar que todo esté en orden! Porque si bien la criptoquidia es más común en perros que en gatos, podría estar ocurriendo esto y hay que hacer estudios para verificar los niveles de testoterona.
Algunos felinos que son castrados luego del primer celo aprenden que esa conducta provoca placer. Por eso se recomienda castrarlos antes de que desarrollen conductas de celo. ¿Mis gatos fueron castrados pasados los cinco meses? No. Y aún así, ocurría y ocurre.
Los gatos son esponjas
¿Están preparados para leer la posible causa? STRESS. Así como los humanos tenemos algunos comportamientos para bajar o controlar la ansiedad (comer trash food, fumar, mordernos las uñas, mordernos los labios), los gatos también. Repasemos mi situación familiar: cuando adopté a mis gatos, mi vida era un completo caos. Y lo más lógico es que ese desborde fuera a parar a mis animales. ¿Cuándo empezó el Dr. Oli Shapiro a desarrollar esta conducta? Tras la muerte de su compañero.
Las flores de Bach que me preparó Silvina de Flores4Patas han ayudado notablemente a calmar esto. Y hoy solo se produce esporádicamente. E
Llega el verano y nada más lindo que tener una casa grande con jardín y mucha vegetación. Y si además hay piscina, mucho mejor pero ¿qué ocurre si el gato se mete al agua? ¿Hay que tomar recaudos?
La natación es un ejercicio maravilloso para los perros pero siempre debe haber un adulto responsable supervisando antes, durante y después pero ¿qué pasa con los químicos que usamos para mantener el agua en condiciones? ¿Y si el gato también se mete al agua?
Si tu gato quiere meterse en la pileta (no es lo ideal pero…) hay que evitar que trague agua y desde luego, tener mucho cuidado con el cloro. El agua clorada, al igual que otros derivados de desinfección, son riesgosos.
1. El cloro
La mejor opción sería que el gato no entrara en la pileta pero si realmente está empeñado en hacerlo hay que procurar que no trague agua. El cloro se utiliza para desinfectar el agua y forma parte del proceso de saneamiento de aguas residuales y desechos industriales pero además se puede encontrar en muchos productos de limpieza, pesticidas, solventes clorados, etc. Por eso no es algo que uno desee que sus animales ingieran por accidente.
Los chapuzones siempre deben ser muy breves y una vez que haya terminado de nadar, hay que enjuagarlo muy bien para eliminar los productos químicos residuales de su manto. Y lo mismo hay que hacer con los perros. Luego, hay que secarlos muy bien con la toalla y a descansar.
2. Estar atentos
Hay que vigilar a los animales igual que a los niños muy chiquitos. Si el gato cae por accidente en la pileta, podría ser muy peligroso: al tener instinto de supervivencia, seguramente va a flotar y nadar sin ayuda pero tal vez no sepa como salir. ¡Y es ahí donde está el verdadero riesgo!
También es muy importante no obligar a nuestros animales a meterse al agua. Obvio, si hay perros en la casa, es fundamental enseñarles a nadar. A los gordos de mi familia, Bestia y Arnold, les costó mucho el tema porque el «culito» les pesaba y no querían meterse pero con mucha paciencia y amor aprendieron y hoy, si se caen por accidente, pueden manejarse bastante bien hasta que alguien los ayude a salir pero con los gatos es muy diferente aunque también pueden aprender.
3. SENTIDO COMÚN
Todo es que parece obvio a la vista de muchos, no lo es. Hay mucha gente que tira a sus animales al agua por diversión o los obliga a meterse a la pileta porque «hace calor, refrescarse está bueno» y no mide las consecuencias. Además, es factible que si no se los acostumbra de chiquitos, nunca lo acepten por completo y está perfecto. ¡Son gatos y puede que para ellos no sea necesariamente una experiencia calmante, relajante y placentera como para vos! Entonces:
1) No obligues al gato a meterse al agua para hacerle foto para instagram. 2) Si se mete al agua por su cuenta, que sea siempre con supervisión y tomando recaudos. 3) No puede permanecer mucho tiempo en la pileta. Unos minutos y basta. 4) Siempre en horarios prudentes.
4. Tomando precauciones
Nuestro amigo Flavio, por ejemplo, tapa la pileta durante el invierno porque sabe que su gata Carmela es tremenda. ¿Qué hizo la gata después? Se tiró a dormir sobre la red de protección.
También se puede instalar una alarma que suene si hay movimiento en el agua. Esto también es útil cuando hay niños chiquitos en el hogar. Y si el gato o perro se meten en el agua, pongan rampas. Es muy importante que sepan exactamente dónde están los puntos de salida. Y las rampas, además, les darán confianza y comodidad.
Y recuerden: siempre hay que hablar con un buen veterinario holístico para buscar asesoría y despejar dudas y temores.
📌Si querés invitarnos un cafecito para que podamos seguir adelante con nuestros proyectos (blog y revista), bienvenido.
Cada animal tiene un sonido particular para comunicarse: mientras que los perros usan el guau, los gatos utilizan el miau. Y aquí viene la pregunta: ¿es normal que el gato siamés maúlle tanto?
Cuando hablamos del «miau» lo hacemos de modo figurativo porque cada felino emite sonidos bastante variados y, algunos, hasta parecen hablar claro y fluido. Incluso, muchos amigos de este blog aseguran que sus gatos dicen «mamá». También existen los ultra parlanchines en contraposición a los que rara vez emiten sonido. ¿Los maullidos varían según la raza? ¿Es normal que el gato siamés maúlle tanto o está pasando otra cosa?
Lo cierto es que si un gato empieza a maullar mucho de un día para otro, hay que consultar con el veterinario porque podría estar pasando algo serio. Ojo, los maullidos constantes no siempre anuncian que algo malo. Simplemente algunas razas maúllan más que otras. ¡Y por distintas razones!
El maullido del gato puede ser muy simpático hasta que uno empieza a enloquecer. Imaginate que llegás del trabajo, completamente agotado y tu gato te recibe a puro maullido. Y ese sonido no cesa. Si el animal está sano pero habla sin parar es porque te quiere decir algo.
Los siameses, por ejemplo, son muy enérgicos y suelen utilizar mucho su voz. A diferencia de otras razas, exigen mucha atención y el maullido tiene que ver con eso. Por lo cual, antes de adoptar un siamés es importante tener en cuenta este sonoro detalle.
Comunicativos, intuitivos y muy inteligentes, adoran conversar y «compartir» momentos con sus tutores y eso incluye largos períodos de charla activa. Y hay que estar preparado emocionalmente para ello.
Felipe, el gato de nuestra amiga Florencia, solo maúlla cuando viene del jardín y lo hace para comentar sus andanzas con los vecinos. Es que, además de habladores seriales, suelen ser mucho más sociales que la mayoría de los otros felinos. Gustavo, por su parte, nos cuenta que su gatito Gordo tiene casa, comida, mimos, vive como un rey, está sano pero se pone a maullar a las 4 de la madrugada. Y eso lo está volviendo loco. Si bien algunos expertos aseguran que los siameses desarrollan una habilidad única para comunicar mensajes específicos no debemos olvidar que ¡los gatos son crepusculares!
Cuando están en la naturaleza, los mejores horarios para cazar son al amanecer y al atardecer. No solo porque es el momento más fresco del día sino porque sus presas también son crepusculares. Jugar con ellos es crucial porque necesitan interactuar con nosotros y es ahí donde debemos «agendar» un horario de juego después de la última comida. Podés jugar con el animal dos veces al día pero esto debe ser algo de «todos los días a la misma hora» porque el gato es rutinario. 20 minutos de interacción es lo ideal pero debe ser tiempo de calidad: sin celulares ni nada que distraiga.
La creencia popular indica que los si el gato no tapa las heces es por una cuestión de higiene y nada más lejos de la realidad.
Cuando uno tiene gatos debe estar atento a cada señal ya que en los pequeños actos nos están enviando mensajes importantísimos. Y cuando el gato no tapa las heces, se encienden las «red flags».
Me gusta poner ejemplos personales porque suelen ser bastante claros a la hora de explicar un problema. Y si ustedes siguen las aventuras de Curni Lov y el Dr. Oli Shapiro sabrán que estamos intentando que la relación entre ellos mejore. Y aunque las cosas están encaminándose lentamente, la novedad del día es que el gato no tapa la caca. ¿Qué significa esto? Que nos está avisando que él es quien manda.
Pero vayamos por partes y repasemos un poco el problema en general. Si el animal muestra una actitud diferente, sobre todo relacionada con la litera, hay que observarlo e ir al veterinario. Una vez descartada cualquier patología, pasaremos a revisar todo lo demás.
El cuarto de baño felino
Hemos hablado muchísimo sobre la caja sanitaria y la importancia de ubicarla en una zona transitada de nuestro hogar. Y ni hablar del tipo de litera (baja, amplia, cómoda) o de la arena (sin perfume, sin polvo, etc). Lo importante acá es priorizar las necesidades felinas antes que las nuestras. Recordemos las palabras de Jackson Galaxy: «Si no podés lidiar con la caja sanitaria no tengas gatos». Ellos son muy limpios y por eso el baño siempre debe estar impecable: las bandejas deben lavarse con agua y jabón blanco quincenalmente pero hay que recoger las deposiciones dos veces al día, mínimo.
Entiendo que muchas veces, en medio de la locura diaria, se nos pasa dejar a punto el baño felino pero debe ser lo primero a revisar al arrancar el día. Si el baño no está en condiciones, empezarán a hacer sus necesidades en otros lugares o algo mucho peor como dejar de orinar. Lamentablemente, los humanos aún no sabemos manejarnos bien con los gatos y muchas cosas las pasamos por alto por ignorancia. En el #5 de nuestra revista entrevisté a la MV Gaby Despuys para hablar sobre la enfermedad de tracto urinario. Es una nota muy interesante para tener a mano.
La regla básica que nunca debemos olvidar: 1 gato = 1 caja + 1
En casa hay tres bandejas ubicadas estratégicamente: una en el baño, otra en un pasillo y otra en el comedor diario. Entonces, la rutina diaria arranca así: medito, peino a la gata, le aplico flores en el manto, me ducho y me lavo los dientes. Y mientras pongo la pava a calentar para hacer el té, hago limpieza de baño rapidito y luego, les sirvo la comida con unas gotas de agua caliente. De este modo ellos pueden hacer sus necesidades tranquilos antes o después de comer. Lo mismo a la noche: me ducho, me lavo los dientes y antes de acostarme, dejo las bandejas limpias para que no haya sorpresas durante la madrugada.
La arena sanitaria
Existen muchos tipos de arenas: aglutinante, arenosa, mineral, de sílice, ecologíca, perfumada. A veces, las piedras normales molestan las huellitas de nuestros gatos y por eso acudimos a las aglutinantes o arenosas. Y eso conlleva otros problemas graves como el asma por polvillo. Lo ideal es dejar que él elija y evaluar. Todos los días, cuando limpiamos la caja, hay que volver a completarla pero sin taparla del todo: el gato debe tener piedritas suficientes como para cubrir las deposiciones pero… ¡no tanta cantidad como para sacar todo afuera con las patas! Ohmmmm.
No aprendió a tapar la caca
Muchos gatos no aprendieron nunca a tapar la caca. Y no lo hacen justamente porque no lo consideran algo innato ya que no lo aprendieron de su mamá. ¿Qué hacer? Comprar un arenero grande, bajo y de fácil acceso y enseñarle a tapar lo que hace con amor y paciencia, usando su propia patita. La mayoría reacciona de modo positivo por eso insisto en que debe hacerse con amor y paciencia para que no le tomen idea la litera.
Territorialidad
Los gatos se comunican de muchas formas y una de ellas es a través de los olores. Y aquí aparece la territorialidad: en la caca y la orina están las feromonas relacionadas con el marcaje del territorio. Entonces aquellos mensajes que envíen a través de estos olores, serán muy concretos y específicos para que otros animales, al percibirlos, puedan decodificarlos y obtener información. Por eso perros y gatos cubren las cacas, para tapar el olor y que su territorio no sea localizado.
Enterrar los excrementos es una señal de sumisión porque el animal da a entender que no es una amenaza para los que conviven con él. Y es acá donde aparece mi gato, Dr. Oli Shapiro. ¿Por qué no entierra la caca? ¿Qué es lo que le quiere decir a la gata? Si bien nosotros usamos feromonas y flores de Bach, el trabajo para lograr una buena convivencia felina es largo y a veces, eterno. Y aunque hay varias cajas a disposición, él tiene su favorita y es allí donde elige «hacer». En el momento en que Oli decide no tapar sus excrementos es porque está dejando bien claro el «acá mando yo». En ciertos hogares con muchos gatos es normal que haya uno que no tapa y otro que lo hace por los dos. Hasta hace unos meses, Curni era la que cubría los deshechos del otro pero ahora eso también cambió.
Problemas de salud
¿Existen algunas patologías que lleven al felino a no enterrar sus heces? Sí. Una muy frecuente es la artritis pero no es la única. Mi gato Amtommio dejó de cubrir la caca cuando el dolor era casi tan fuerte que ya no le quedaban fuerzas para entrar en el arenero. Por eso insisito tanto en que hay que observar mucho al animal pero sin obsesionarse. Y siempre procurarle una caja baja y de fácil acceso.
Pero volvamos al Dr. Oli Shapiro: ni bien descubrí la novedad, llamé a una de sus veterinarias e hicimos análisis completos de sangre, orina y materia fecal para descartar cualquier patología subyacente. Al estar todo okey, nos enfocamos en el tema conductual y la lucha por el territorrio. Los gatos suelen ocultar dolencias y enfermedades y cuando muestran algo, suele ser tarde. Por eso debemos estar atentos a todo lo que pasa. Y aprendamos a usar la caja sanitaria como si fuera whatsApp: mucho de lo que tengan para decir, lo dirán desde ahí.
Para los que tenemos animales, hablar de «salir de viaje» es bastante complicado. Yo dejé de viajar cuando llegó el primer gato a mi vida: vivo lejos de mis amigos y mi familia es antigato, con lo cual no había muchas opciones. Y la única respuesta posible al «qué hacer con el gato durante las vacaciones» era «quedate en casa».
Pero no soy la única: hablando con seguidores de twitter e instagram, la mayoría asegura que solo se van por el día. Los perros son más simples en ese sentido porque existen guarderías o algún familiar lo acepta sin mayor problema en su casas pero el gato… «Cuando nos fuimos con mi hija en el 2017 teníamos a Molly y a Larry. Venía una amiga todas las mañanas y a la tarde venía una chica que se dedica a eso y se quedaba varias horas. Todos los días. Después nunca más salí de vacaciones», confiesa Cecilia Mata.
Nuestra amiga Ayelén Arruzzo tiene una experiencia completamente diferente pero porque su gata Nina es de otra galaxia. «La primera y única vez que la dejé en un hotel solo me pidieron las vacunas al día y en ese momento las tenía. Luego conocí una veterinaria que me explicó las contraindicaciones de vacunarlos en exceso y ahora Nina se atiende con Gabriela Despuys, que deja pasar bastante tiempo entre dosis y dosis». De todos modos, hoy por hoy, Nina sale de viaje con Ayelén. Y lo mismo ocurre con Rita y Ramón, los gatos de Teresita Ferrari y Andrea Santos Muñoz. Esto tampoco es recomendable pero son casos muy puntuales donde los gatos adoran viajar y están adaptadísimos pero hay más de un 97% que no pueden salir de la casa sin colapsar.
¿Deben ir sueltos en el auto?
La Doctora Karen Becker es muy terminante al respecto: «Los animales que no están asegurados dentro de un vehículo pueden escapar en un accidente y ser atropellados o perderse. El método más seguro para viajar con un perro o gato es mantenerlo en una jaula, transportadora o sujetado por un arnés de seguridad». Y esto es lo que hacen Teresita, Andrea y Ayelén: sus gatos van fuera del transportín pero sujetos. Tampoco es un detalle menor el tema de la comida y por eso hay que hablar muy bien con el veterinario para saber cuántas horas puede estar sin alimento. O cuántas paradas hay que hacer para que pueda hidratarse tranquilo.
¿Se pueden quedar solos en la casa?
Los gatos necesitan comer varias veces al día y no deben permanecer más de nueve horas sin alimento porque podrían enfermar gravemente. También es fundamental pensar en los imprevistos: cortes de luz, problemas con el dispenser de agua, el comedero automático y la caja sanitaria. Y ni hablar del estrés producido por el cambio en la rutina. Por más que uno ponga cámaras por todos lados y pueda controlar su actividad, me parece descabellado dejarlos solos. Pero ojo, estas opciones son muy apropiadas si vamos a contratar una cuidadoray algún familiar va a pasar a controlar todo una vez al día.
Flores siempre flores.
Ya sea porque se va a quedar en otra casa o vas a contratar una catsitter es recomendable usar feromonas y flores de bach para que el gato se estrese lo menos posible. ¡Y ni hablar si va a salir de la casa y emprender el viaje con vos! Las feromonas son sustancias inodoras para nosotros que transmiten una sensación de calma, seguridad y familiaridad a los gatos. Muchos opinan que no sirven para nada pero la realidad es que hay que darles tiempo de acción y no todos tienen tanta paciencia. Las vacaciones, al ser algo planificado, nos permite arrancar con el tratamiento meses antes. Y es el mismo procedimiento que se usa para las mudanzas porque lo importante acá es preservar al animal. En el #5 de Hello Cats hablamos del tema con la terapeuta floral, Silvina Ocampo.
Nota: no permitas que el veterinario te indique gotas tranquilizantes.
Llevo al gato conmigo
Una vez tomada esta decisión, hay que preparar al animal y tomar todo tipo de recaudos. La primera parada será ir al veterinario y hacer estudios completos para asegurarnos de que todo está en orden. Luego, buscar opciones de hospedaje catfriendly. Ayelén nos compartió una guía que ella suele usar cuando sale con Nina. «Como siempre la noté muy curiosa y cómoda a la hora de deambular por el palier del edificio, un día le compré un pretal y le encantó. Acto seguido fuimos a la plaza, cuidando de que no hubiera perros. Y así comenzó todo. Con el tiempo esos paseos fueron más largos y hoy somos compañeras de aventuras ruteras», afirma. Nina es barfera lo que hace necesaria la heladera con hielo seco para trasladadar la comida. Y como siempre hacen varias paradas y Aye elige lugares para «hacer noche» que tengan freezer, esto no sería problema.
Los gatos siempre deben llevar collar elástico con la chapita identificatoria actualizada. Otra cosa indispensable es el botiquín de primeros auxilios o mochila de emergencia y los paño pet. Ayelén viaja con la caja sanitaria de Nina pero cubre el asiento del auto con estos paños sanitarios.
Al llegar al lugar, debemos comportarnos del mismo modo que si fuera una mundanza: pondremos todos sus accesorios y lo dejaremos que vaya reconociendo el nuevo entorno a su ritmo. Si viaja con su arenero y comedero, que los redescubra. Y que tenga lugares o alguna caja para poder esconderse en caso de necesitarlo. Tampoco te olvides de las plagas: mosquitos, pulgas, garrapatas, etc. Hay que protegerlos de la mejor manera y si es naturalmente, mejor aún.
Hoteles y guarderías.
En lo personal no me parece una buena solución moverlos de su entorno. Ellos son cazadores solitarios, se estresan muchísimo ante el menor cambio y no siempre lo pasan bien en manada. ¿Por qué habríamos de obligarlos a convivir con otros gatos cuando esto podría afectarlos o enfermarlos? Y ni hablar del tema vacunación. «En la guardería donde dejo a mis gatas son muy responsables y trabajan con equipo veterinario. Exigen vacunas al día y pipetas. Tienen un período de adaptación, por eso el tiempo mínimo de estadía es de 7 días. Hace años que las dejo ahí y nunca tuve problemas», explica Sil Ragusa. Entre los requisitos de «Hotel de los gatos Mishmosos», por ejemplo, se pide la triple felina y la antirrábica (fecha de aplicación menor a 1 año) y pipeta y antiparasitarios puestos antes de ingresar. Cuando mi gato Amtommio enfermó de cáncer, todo lo que veníamos haciendo a nivel «prevención» se modificó por expreso pedido veterinario y esto incluye el cronograma de vacunación de mis animales. Y lo mismo les pasa a muchos otros perros y gatos que son tratados por veterinarios holísticos y cuyos humanos entienden que inmunizar no es sobrevacunar. Mis gatos, además, usan antiparasitarios naturales con lo cual, nunca podrían ser aceptados en un hotel pero si a vos te cierra la idea, esta es una opción.
Catsitters
«A casa vienen unas niñeras de gatis, las Gatuna Matata (vivo en Rosario). Son geniales, las visitas son diarias, se encargan de todo, mandan reportes diarios en tiempo real, yo me quedo tranquila y ellos re bien cuidados», nos cuenta Cari Zanelli. Estos servicios son maravillosos porque permiten que el gato no pierda su territorialidad y en caso de que necesite medicación, las chicas pueden aplicar inyecciones y dar antibióticos. Lo ideal en casos de animales enfermos es que tengan atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Momo Cat Sitters arrancó hace seis años pero ya venían con mucha experiencia felina. Ellas piden una ficha completa del animal con todos sus requerimientos, contacto de emergencia que tenga llave, número del veterinario de cabecera y los datos básicos de alimentación, hidratación e higiene. -¿Qué pasa si un animal come más de dos veces al día? -Depende la época podemos tomar varios turnos pero repartidos con dos cat sitters por ejemplo, y para eso necesitamos 2 juegos de llaves. «Es inviable que una sola persona pueda ir cuatro veces ya que tenemos muchos servicios en el día», sostiene Belén. -¿Y con los gatitos barferos cómo se manejan? -Tengo un par de gatitos que comen tres veces al día y lo que hago es dejarles la ración de media tarde congelada en un platito. Voy a la mañana temprano, les doy de comer y dejo la otra porción descongelándose y ellos la comen cuando quieren. -¿Qué zonas abarcan? -CABA y algunas zonas de GBA en Zona Norte y Zona Noroeste como Tres de Febrero y La Plata.
Por su parte, Anahí Campero de Katten, nos cuenta que las reservas suelen hacerse con mucha antelación. «Recomendamos entre 2 meses y 1 mes pero hay gente que reservó 5 meses antes pero sobre todo para las fiestas. Esas fechas siempre requieren la mayor antelación posible. Para Navidad, Año nuevo y la primer semana de enero ya no tenemos disponibilidad». -¿Todos los gatos que han cuidado se adaptaron bien? –Por suerte no tuvimos ningún caso de estrés por separación de la familia. Igualmente tratamos de hacer siempre cosas que les guste: jugar, cepillarlos, mimos. Algunas personas nos piden, por ejemplo, que nos acostemos en la cama con la tele porque al gato le gusta estar encima de alguien en ese lugar. -¿Hay gatos más dados y otros que se resisten? –Sí,algunos te aman al toque y otros se toman un par de días para evaluarte.
Ajustando detalles.
Como dijimos al comienzo, hay comederos automáticos que funcionan perfecto para estos casos pero si el gato es barfero, habría que ir modificando los hábitos de comida con tiempo. Por ejemplo: mis gatos comen 4 veces al día. Para que todo vaya de modo adecuado, debería reducir esas tomas a 3 veces por día muy lentamente. Entonces, con un servicio de dos visitas diarias más un vecino o familiar que se ocupe de la última ración estaría perfecto.
Recordá que los gatos son super sensibles a los cambios y algunos, hasta podrían dejar de comer durante la ausencia del tutor. Y un ayuno puede tener consecuencias gravísimas para su salud como una lipidosis hepática. Es importante que la persona que se quede al cuidado de los animales se asegure que coman y beban. Y orinen correctamente. Sí, son muchas cosas a tener en cuenta pero todas básicas.
Por último, evaluá muy bien si vale la pena someterlos a tanto stress para llevarlos de vacaciones con vos o meterlos en un hotel. Quizá, lo mejor sea dejarlos al cuidado de alguien de confianza pero en casa.
Dejar como único heredero a nuestro gato no es lo mismo que heredar un animal de otra persona. Y hoy queremos aclararlo.
Cuando uno guglea «heredar un animal» lo primero que aparece en el buscador son cosas que nada tienen que ver con esto sino con leyes y dinero. Por eso quisimos hablar del tema y revisar un poco las historias de nuestros seguidores y amigos.
Imaginate por un momento que tenés una vida completamente armada y una casa linda e impecable sin animales porque preferís tener libertad de acción. Y un día alguien te llama para decirte: «me queda poco tiempo de vida y necesito que te ocupes de mi gato». Parece algo extremo pero ocurre y bastante más seguido de lo que uno imagina. Tal vez los casos sean menos dramáticos pero la gente suele heredar animales. A veces el traspaso se hace con papeles, dejando todo claro y en orden bajo la mirada atenta de algún escribano y otras veces…
Uno de mis amigos tuvo que hacerse cargo del gato de la novia. Cuando se separaron, la chica le dijo «quedate con René o lo tiro por ahí». Mi amigo no iba a permitir que eso ocurriera pero la idea de convivir con un gato no era algo que lo hiciera muy feliz. Al principio se odiaron. Pasó mucho tiempo hasta que la relación humano – felino se convirtió en un vínculo hermoso. Juan amó a René como nadie. Y viceversa. Y cuando él murió, se tatuó su cara en el brazo.
La pandemia y toda la locura, incertidumbre y terror que vivimos, reavivó esto. Muchos, sobre todo los que estamos solos con nuestros animales, nos desesperamos. «¿Qué va a pasar con mi gato si yo muero?» En un momento, algunos llegamos a hacer pactos con otros conocidos para calmarnos. «Okey, si yo muero primero vos te quedás con mis perros y viceversa». Complejo.
Cuando planteamos el tema en nuestra cuenta de twitter, todo estalló. Nos llegaron muchísimos testimonios hermosos, tristes, dramáticos. Fue algo realmente increíble. Y con ese material, hicimos un episodio memorable de nuestro podcast. Milagros heredó a Petunia: «Ella vivía sola con su humano y cuando murió, buscaban un hogar para ella. Tenía 10 años y compartimos juntas 6 años inolvidables». Angie, por su parte, nos cuenta que «al morir mi tía me traje sus 2 gatos a casa. A Bingo, mi tía lo había adoptado de otra amiga que había fallecido y a Panty la tenía de bebé». Todas historias de amor absoluto.
La vida está hecha de momentos, por ende, las pérdidas son inevitables. Si bien tuve tiempo de prepararme para la partida de mi gato, el duelo por la pérdida de un animal puede ser algo insoportable.
Lo primero que hice cuando Amtommio llegó a mi vida fue googlear: “¿cuánto vive un gato?”. La respuesta me alegró, ya que la expectativa de vida de estos animales se había incrementado. Sin embargo, aunque es probable que nosotros vivamos más que ellos, sobreponerse al duelo por la pérdida de un animal puede volverse muy complicado.
«No solo hay que aprender a dejar marchar las tensiones, sino también al moribundo. Si sientes apego y te aferras a la persona que ha de morir, es posible que sientas mucho dolor innecesario y que le resulte a ella mucho más difícil soltarse y morir en paz», dice Sogyal Rimpoché. Mi padre murió en 2012. Como un acto reflejo, traté de mantenerme fría y práctica durante toda su enfermedad: leí sobre la vida y la muerte y hablé del proceso en terapia. Horas antes de su partida, me acerqué a su cama, le di un beso y le dije: «andate, viejo. Vamos a estar bien». Entonces supe que era el momento. Cuando me llamaron del sanatorio esa madrugada, me dio un rash en todo el cuerpo y un ataque de ansiedad. Fue instantáneo e inmanejable.
La verdad es que yo esperaba que un milagro salvara a mi gatito dorado pero ese milagro no ocurría; tampoco podía quitarme esa maldita presión en el pecho que anticipa lo malo. Hasta que en abril del 2019, mi amiga Julieta Ulanovsky me dijo «cuando llegue el momento de dejarlo ir, lo vas a saber. Te lo prometo». Y al igual que había ocurrido con mi padre, un día me desperté, miré a Amtommio quejándose y le dije «andate, vamos a estar bien». Y lo llevé a dormir. Fui sola porque mi tía estaba muy grave y no quería generar un drama extra a mi familia. Acto seguido tuve un rash y se bloquearon mis vías respiratorias.
Jackson Galaxy dijo que cuando alguien muere, revivimos otras pérdidas, como si la puerta a esa herida volviera a abrirse. Por eso, sentí la partida de mi gato como un tsunami. Él enfermó en 2015, cuando aún no había terminado el duelo por la muerte de mi papá. Aunque Amtommio tenía un fibrosarcoma, fibrosarcoma, con la alimentación para carnívoros estrictos y el tratamiento, pudo llevar divinamente el proceso. El mayor problema era mi miedo porque los gatos absorben lo que nos pasa como si fueran esponjas. No quería tocarlo ni jugar con él porque sentía pánico de encontrar nuevos tumores. Literalmente me hacía la boluda, buscando sostén en la negación.
«La negación es la forma que la mente utiliza para protegerse temporalmente de la información que es demasiado dolorosa para ser aceptada en el momento en que se recibe», afirma Karen Becker.
Perder un animal muy amado y confesar públicamente nuestro dolor puede ser abrumador. Mi familia jamás lo entendió, y me daba vergüenza explicar lo que estaba sintiendo a mis amigos. Aun así, mamá plantó lavanda en el lugar donde Amtommio está enterrado.
Pero esto no solo me ocurrió a mí: Belén, una querida seguidora de Twitter, me confesó que no daba más del dolor tras la muerte de su perro, mientras que a su entorno le resultaba algo banal. «Toda mi estructura familiar se cayó tras su partida. Él le tenía miedo a las tormentas, a las motos, a los ruidos en general. Hace cuatro años quedó ciego y, al mismo tiempo, le detectaron diabetes. Durante diez años, vivimos odiando los truenos y las fiestas».
Durante el tiempo que dura una enfermedad, uno está enfocado en salir adelante como sea. Tal vez por eso, cuando la persona o el animal muere, todo se derrumba. Los días se vuelven eternos, no sabemos qué hacer con las tormentas ni con la playlist que hicimos para que el gato no se sintiera solo en el final. 115 caciones sobre el amor, el renacimiento y la muerte.
Pero el vacío tampoco se achica cuando el animal se va de golpe. Mi amigo Julián aún le da vueltas al asunto. Durante las largas noches de insomnio, nuestras charlas siempre terminan en lo difícil que es la vida sin Amalia. Los gatos, al ser escondedores por naturaleza, suelen mostrar los signos de la enfermedad cuando ya es muy tarde y queda poco por hacer. Amalia fue una de las primeras «gatas amigas» de #MiGatoDinamita. Su partida me golpeó fuerte.
«Yo vi llorar a Jackson Galaxy tras la muerte de su gato. Y él debe haber tenido muchos animales», le comenté a Belén en un intento por validar así nuestra pena. Si Jackson llora y está triste, todos los demás también podemos estarlo. Qué absurdo, ¿no? Permitirnos sentir dolor y tristeza es el único modo (saludable) de surfear el duelo.
Las etapas del duelo.
¿Sabías que llevar luto sirve para que los demás sepan que acabás de perder un ser amado y te apoyen? En Argentina ya no se usa pero el concepto es interesante ya que de algún modo, deja al descubierto ese dolor que ocultamos por vergüenza.
Elizabeth Kübler-Ross, en su trabajo On death and dying, señala las cinco etapas del duelo:
1. Negación 2. Ira 3. Negociación 4. Depresión 5. Aceptación.
El 2019 fue el año de la ira total. Estaba enojadísima, especialmente con las últimas personas que atendieron a mi gato. Volver a pisar un consultorio me provocaba terror. No confiaba en nadie y no quería pasar por algo tan traumático nunca más.
Y si mi pena era palpable, la de mis otros gatos también lo era. Amtommio siempre fue el centro de todo, desde el día uno. Era el gato alfa de la casa, y su partida dejó muy solos al Dr. Oli Shapiro y a Curni Lov. Con el tiempo, ellos comenzaron a adoptar características de Tony para que yo no los extrañara tanto, lo que, desafortunadamente, terminó repercutiendo en la salud de ambos. Demasiada responsabilidad.
Cada vez que cuento lo que pasa con mis animales, la gente frunce el ceño y me mira raro. Es bueno saber que ellos, al igual que nosotros, se manifiestan como pueden. Mili, la gatita de Belén, se crió con Coco. Y cuando él murió, ella comenzó a dormir en los lugares que solía ocupar el perro. Hasta que la tristeza creció tanto que dejó de comer. Cuando la llevaron a la veterinaria, tenía 40º de fiebre. El estrés por la pérdida de su compañero le estaba jugando una mala pasada. Por suerte, ya está diagnosticada y en tratamiento.
La aceptación
Hay muchas cosas a tratar: la dinámica de la casa, el vacío, las conductas de todos, los cambios, nuestro estrés y el de ellos. Las feromonas ayudaban mucho en el proceso, pero tuve que cortar el tratamiento cuando dejaron de conseguirse por los problemas de importación en el país. Eso no estuvo bien, y empezamos a deprimirnos. Oli orinaba fuera de la caja, perdió pelo, se daba atracones con comida y hurgaba en la basura. Y la gata lo atacaba sin parar, impidiéndole estar cerca de mí. Claramente, ella había tomado el mando. ¿Yo? No podía dormir.
Por suerte, una amiga me recomendó a la veterinaria Julia La Valle, y así comenzó el proceso de aceptación. Recuerdo que, apenas mencioné a Amtommio durante la primera consulta, me desmoroné y ella tuvo que abrazarme. Creo que fue la primera vez que pude desahogarme sin miedo ni vergüenza. No solo me entendió, sino que también pudo «leer» a mis gatos. Hubo una búsqueda y mucho amor.
Lo que más me gusta de la medicina holística es su enfoque en el todo. Mis gatos son un todo integrado a mis emociones. Es imposible tratarlos sin considerar lo que nos está pasando como familia inter-especie. Por eso, cuando alguien cercano enferma, «deberíamos» hablar de inmediato con el terapeuta floral y el veterinario. Explicarles la situación, formar un grupo y pedir apoyo. Digo «deberíamos» porque el momento suele llevarnos puestos. Y en ese desborde, es muy difícil pensar. Nosotros tuvimos ese combo, pero de forma intermitente, y ningún tratamiento «entrecortado» funciona.
La tinta no secó (uh) Y en palabras dije muchas cosas (uh) Pero en mi corazón Todavía queda tanto por decir No me voy Me quedo aquí
No estás solo.
Hay millones de personas pasando por algo así en este mismo momento. Desde que arranqué con #MiGatoDinamita en Twitter, he despedido a muchos gatos de seguidores y amigos. Cada vez que uno enferma y su humano me escribe, todo se vuelve difícil. Pero sepan que blanquear nuestras emociones, escribir sobre el dolor y la pérdida ayuda muchísimo. A mí me tomó años entender esto, pero aquí estoy.
Mi mundo ha cambiado por completo pero Amtommio no para de mandarme señales y su legado sigue intacto en este blog. La vida de Belén, tal como la conocía, también se vio alterada. Aunque aún está en la fase de querer agarrar a su perrito cada vez que empieza a tronar, sabe que de este lado hay una red para sostenerla.
Lo mismo le ocurre a Andrea, quien perdió a Rayi hace muy poco y todavía se siente aturdida por el shock, y a Chino, que aún no deja de llorar a Lulito. O nuestra querida Silvina Ocampo: los días sin Mishito son terribles, pero gracias a él existe Flores4Patas. También he acompañado a muchos otros: Valeria me pasaba el parte diario de Daisy, y cuando partió, le escribió una poesía para incluir en la revista como homenaje. Pepo, Dumas, Kitty, Perlita, Goody, Circe, Lady Michigan, Fidelia, Blanqui, Magnolia… La lista es grande, sí. Pero más grande es nuestro amor.
Somos afortunados. A pesar del dolor, la pena y el vacío, somos afortunados por haber podido formar parte de sus vidas.
Hay muchos factores estresantes para un animal acostumbrado a vivir en la naturaleza. Adaptar nuestro hogar para un gato, es crucial.
Cuando uno convive con un animal, la casa debe prepararse para tal fin. Sí, debemos adaptar la casa para el gato. Y esos cambios y ajustes deberán satisfacer sus necesidades, procurando su bienestar como primera medida.
Hace unos días, una seguidora me dijo: «que se arregle con lo que hay. No voy a modificar los ambientes ni mis costumbres para que se sienta a gusto». Por suerte, en esa vivienda hay un perro y el nuevo integrante parece llevarse muy bien con él ya que mantiene conductas afiliativas como el allogrooming (aseo mutuo) y allorubbing (frotado mutuo). De otro modo, estarían frente a un gran problema debido a la falta de estímulos.
Error de comunicación
Los gatos suelen ser un misterio básicamente porque los humanos estamos más acostumbrados a la interacción con los perros y la demanda o indiferencia felina nos termina dejando off side casi siempre. «¿Qué le pasa? ¿Por qué no viene cuando lo llamo?» «Vive pegado a mí, no puedo hacer nada sin el gato» «¿Me necesita o es independiente?» Y nuestra poca capacidad para decodificar correctamente el idioma felino hace que se produzca el «corto» y es ahí cuando llega el zarpazo y la relación empieza a complicarse por temor. En algunos casos, esto termina con el animal en un refugio porque el tutor no quiere sentirse amenazado.
Preaviso
Antes de todo ataque, hay un preaviso, solo hay que saber distinguirlo. Florencia, otra seguidora de nuestro blog, siempre termina con heridas importantes en sus brazos a causa de esto. No solo no sabe cómo jugar con Maia sino que tampoco logra detenerse a tiempo. Vivir en un monoambiente sin lugar para que la gata descargue su energía empeora mucho la situación. «Fijate en las orejas, en la posición de la cola. Ella te va a avisar cuando se haya cansado», le decimos. Ayer jugó rudo de nuevo y terminó en la guardia porque se le había hinchado la mano tras un zarpazo.
El contacto social de un gato con su tutor es importantísimo pero siempre y cuando sea en los términos del animal y podamos redirigir su instinto cazador a otro objetivo: caña, ratón, pelotita o tronco de árbol. Esos brotes de actividad están relacionados con una conducta predatoria y suelen ser cortos pero hay que tener cuidado.
Los espacios.
La distribución de la casa en determinadas áreas es de suma importancia y deben estar muy bien diferenciadas, sobre todo si hay más de un gato. «Asegúrate de que cada uno tenga un lugar de descanso individual y apartado. Podría ser la parte superior de un árbol para gatos, una caja (que esté abierta) o un lugar cómodo sobre un estante del armario. Si notas que a uno le gusta esconderse o tomar una siesta en un lugar determinado, considera comprar una cama o manta suave para gatos y ponerla en ese lugar. Es muy importante que cada uno de tus gatitos tenga al menos un área privada a la que pueda retirarse», indica la Dra Karen Becker.
El juego.
La rutina de juego es muy importante para los animales de interior. Lo ideal es hacerlos correr y saltar durante 20 minutos, dos veces al día. ¡Por eso es tan importante la catificación de la casa! De este modo, además del enriquecimiento ambiental evitaremos accidentes. También es fundamental que luego de ese período de actividad intensa, guardemos todo. En casa, por ejemplo, la cañita está un cajón y solo sale de allí cuando vamos a jugar. Y no olvides de cansarlo antes de la última ración de alimento.
Las bandejas sanitarias.
Este es un punto muy complicado porque la mayoría de los tutores se niega a poner la cantidad de literas que un felino necesita. Nadie quiere tener «el baño» en el living pero como diría Jackson Galaxy: «si no podés lidiar con la caja de piedritas, no tengas gato». Tanto en el podcast como en este blog hemos hablado muchísimo del tema. Y no nos vamos a cansar nunca de repetir la fórmula: 1 gato = 1 caja + 1. ¿Cómo debe ser la bandeja? Baja: para que puedan entrar y salir cómodamente. Descubierta: para que el polvo no les haga mal, entre otras cosas. Amplia: para que pueda moverse a su gusto. Y debe colocarse en lugares socialmente activos.
El aburrimiento causa estrés. Colocar un árbol para gatos o una mesa alta junto a una ventana es una gran opción. El gato podrá relajarse y mirar todo lo que ocurre en el vecindario.
Las ventanas:
El estímulo visual es crucial para un gato de interior. Él debe poder observar lo que pasa afuera, ver la luz y los movimientos de insectos, aves y plantas (catfriendly). Esto es muy enriquecedor pero debemos tomar precauciones para evitar accidentes. Sin redes no habrá balcón ni ventanas abiertas. Y las plantas de ese entorno deben ser siempre aptas. Ellos aprecian la variedad de luz y el estímulo. Los túneles para jugar son algo realmente fantástico. Y si prestás atención, es altamente probable que lo veas cambiar de ambiente y superficie a lo largo del día.
Salvo muy raras excepciones, todos los que tenemos felinos nos quejamos de lo mismo: «el gato no me deja dormir y no aguanto más». Esta situación suele romper el vínculo con el animal y en la mayoría de los casos, la historia termina de la peor maner. La buena noticia es que tiene solución y en este posteo vas a aprender a resolverlo.
1. El conflicto.
¿Por qué el gato no me deja dormir? La respuesta es bastante sencilla: cuando están en la naturaleza, los mejores horarios para cazar son al amanecer y al atardecer, por eso están más activos en esos horarios. No solo porque es el momento más fresco del día sino porque sus presas también son crepusculares. Y acá algo a tener en cuenta: los gatos se consideran animales semidomesticados y suelen conservar su lado más salvaje. Y por eso, en el día a día doméstico, la mayoría dormirá mientras nosotros nos mantenemos activos. Para poder adaptar al gato a nuestro horario hay que resetear su reloj brindándole horarios fijos de comida.
2. Basta de «tenedor libre».
Meses atrás discutí con Ani, una seguidora cuyo veterinario le había recomendado tener los tazones llenos de alimento. Permitir que vivan en una anarquía, con alimento a disposición las 24 horas, es un gran problema. ¡Y puede complicar la salud del animal ya que supone un desborde de todo tipo! Obvio, es mucho más fácil porque llenás los tazones hasta el tope y te olvidás pero la responsabilidad pasa por otro lado. Los que damos alimento fisiológico no tenemos estos vericuetos porque brindamos raciones fijas, a horario y jamás quedan más de 20 minutos en el plato.
¿Qué pasa si tu gato come alimento procesado (no lo recomendamos en absoluto)? Hablá con un veterinario sensato que te indique cuántos gramos diarios debe ingerir y ese número, lo dividís en 3 o 4. Esas serán las raciones a repartir a lo largo del día con intervalos de entre 6 y 9 horas y no más de eso. Por lo general, esa información la podés encontrar en el paquete o en la página del fabricante. Cuando leas la cantidad, notarás que estabas sobrealimentándolo. En incluso es probable que pienses que el gato va a pasar hambre. No te preocupes, eso no va a ocurrir.
3. La hora del juego.
Jugar con el gato es crucial. Ellos tienen momentos de soledad, en donde corren o ruedan con algún juguete y eso está perfecto pero también necesitan interactuar con nosotros y es ahí donde debemos «agendar» un horario de juego antes de la última comida. Pueden jugar dos veces al día pero esto debe ser algo de «todos los días a la misma hora» porque el gato es rutinario. 20 minutos de interacción es lo ideal pero debe ser tiempo de calidad: sin celulares ni nada que distraiga.
4. La hora de dormir.
Si vos te vas a dormir a la medianoche, la última comida la servirás a las 23:30 pero… antes de la cena, deberás jugar con él unos 20 minutos. Cuando veas que está realmente cansado y que ya se quiere echar, le acercás el plato. ¿Qué pasa cuando el gato enloquezca de madrugada y quiera volver a comer? NADA. Se lo ignora por completo: no hablás con él, no te levantás ni lo acariciás. NADA. Serán momentos muy difíciles y estarás irascible y al borde del abismo pero no queda otra. Vas a ver cómo en unos días la historia se revierte y empieza a dormir en el mismo horario que vos.
Esto se puede complementar con flores de bach y feromonas. Recordá que las flores son un tratamiento pero te aseguro que te van a ayudar muchísimo a transitar este proceso.
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