Envase de comida para gatos y perros, reflejando la industria de alimentos ultraprocesados.

El lado B de las croquetas: marketing, subproductos y peligros


El origen de los alimentos ultraprocesados para mascotas se remonta al siglo XIX, cuando James Spratt, un electricista de Ohio, viajó a Gran Bretaña en 1856. En su trayecto en barco, observó cómo los pasajeros ofrecían a los perros abandonados galletas durísimas conocidas como «rompe muelas», ya que eran casi imposibles de comer para las personas. Esa escena despertó en Spratt una idea: diseñar un alimento específico para perros. Pero, ¿qué contienen realmente las croquetas para mascotas que consumen hoy en día nuestros animales?

¿Qué contienen realmente las croquetas para mascotas?

La primera croqueta para perros: Un negocio para ricos

Aprovechando la oportunidad, Spratt lanzó las primeras galletas para perros, iniciando lo que hoy es una industria multimillonaria. Sin embargo, en ese momento, estos productos eran solo accesibles para las clases altas, especialmente en Inglaterra, donde los perros de raza eran símbolo de estatus. El marketing de las galletas estaba dirigido a los aristócratas que podían permitirse estos productos de lujo para sus mascotas.

El auge de los alimentos enlatados y la guerra

En 1922, los primeros alimentos enlatados para mascotas ganaron popularidad, marcando un avance en la industria. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial trajo consigo una escasez de metales, lo que provocó la desaparición de las latas y el retorno de las croquetas como la opción dominante. Fue en la década de 1950 cuando Purina revolucionó el mercado introduciendo el proceso de extrusión, que permite dar forma a las croquetas tal como las conocemos hoy, utilizando almidón para moldear las galletas secas.

La caída de Purina: El escándalo de la melamina

El crecimiento del mercado de croquetas siguió imparable, pero en 2007, Purina enfrentó un grave escándalo. Uno de sus productos causó la muerte de miles de perros y gatos al contener melamina, un compuesto tóxico. Este evento marcó un punto de inflexión, ya que muchas personas comenzaron a cuestionar la seguridad y calidad de los alimentos ultraprocesados para mascotas.

Al considerar la evolución de la alimentación animal, es crucial preguntarnos: ¿qué contiene realmente el alimento para gatos y perros? Muchos tutores ignoran que la calidad de estos productos puede variar drásticamente y que lo que se etiqueta como ‘alimento para mascotas’ a menudo incluye ingredientes cuestionables.

El lado oscuro de las croquetas: ¿Qué hay realmente en el plato de tu mascota?

Aunque algunas marcas han comenzado a ajustar su estrategia de marketing utilizando términos como “biológicamente apropiado” o “alimento natural”, esto no necesariamente se traduce en una mejora real en la calidad del producto. La mayoría de los alimentos para mascotas continúan incluyendo ingredientes de baja calidad, como cereales y subproductos animales. Además, es importante recordar que gatos y perros son carnívoros por naturaleza, y sus organismos no están diseñados para digerir ni procesar hidratos de carbono de manera eficiente. Esto convierte al llamado «alimento balanceado» en un producto poco adecuado para ellos. Veamos más de cerca los ingredientes.

Ingredientes de las croquetas:

Cereales y almidones: Representan entre el 50% y 60% del producto, aportando calorías vacías.
Subproductos animales: Incluyen partes como picos, patas, huesos y otros restos no aptos para el consumo humano.
Aditivos y conservantes: Se utilizan para prolongar la vida útil y mejorar el sabor.

El proceso de producción implica someter estos ingredientes a altas temperaturas, destruyendo cualquier valor nutritivo que pudieran tener y convirtiéndolos en harinas. Esto plantea una inquietud mayor: aunque las altas temperaturas matan bacterias, no eliminan posibles residuos de medicamentos, venenos o sustancias químicas que los animales procesados podrían haber recibido en vida.

Pentobarbital y glifosato: ¿Qué es lo que realmente contienen las croquetas?

Existen evidencias de que algunos alimentos para mascotas han sido contaminados con pentobarbital, una sustancia utilizada para la eutanasia de animales. Este tipo de contaminación es alarmante y pone en entredicho los controles de calidad en la industria. Además, muchas croquetas contienen glifosato, un herbicida que ha sido vinculado con problemas de salud en humanos y animales.

¿Quién regula los alimentos para mascotas?

¿Te imaginás comiendo toda la vida lo mismo?

Dos organismos principales supervisan el mercado de alimentos para mascotas:
National Research Council (NRC): Establece las pautas nutricionales basadas en estudios científicos, aunque estos estudios se realizan sobre animales alimentados exclusivamente con croquetas.
AAFCO (Association of American Feed Control Officials): Regula los estándares mínimos para que un alimento sea considerado «nutricionalmente completo». Sin embargo, estos estándares no garantizan una alimentación óptima, sino solo la cantidad mínima de nutrientes para que los animales no enfermen gravemente.

La AAFCO y la permisividad en la industria

La AAFCO permite que los fabricantes etiqueten sus productos de manera confusa. Por ejemplo, en lugar de mencionar subproductos animales, pueden usar términos como «hidrolizado de proteína animal», que básicamente describe harinas hechas de plumas, picos y otros desechos. Esta falta de transparencia hace difícil que los consumidores sepan lo que realmente están comprando.

La reacción de Maillard y los riesgos para la salud

Cuando las proteínas y los almidones se cocinan a altas temperaturas, se produce la reacción de Maillard, que da como resultado compuestos que, aunque mejoran el sabor y aroma, también pueden ser perjudiciales para la salud. Uno de estos compuestos es la acrilamida, una sustancia cancerígena que se forma en los alimentos ultraprocesados.

Cambiar por completo la dieta de nuestras mascotas es más sencillo de lo que muchos piensan. El primer paso es perder el miedo y llevar a nuestros animales al veterinario para realizar un chequeo completo. Esto nos permitirá entender sus requerimientos nutricionales específicos, ya que muchas personas alimentan a sus gatos y perros sin conocer realmente lo que necesitan, suponiendo que con «un puñado de galletas secas» es suficiente. Pregúntate: ¿Cuánto debe comer un gato? ¿Cuántas veces al día? ¿Es correcto llenar el plato todo el tiempo? Para realizar una modificación efectiva en la dieta, es fundamental consultar a un veterinario y, posteriormente, trabajar con un nutricionista que pueda formular un plan alimenticio adecuado a las necesidades de tu mascota.

Conclusión

La industria de los alimentos ultraprocesados para mascotas ha recorrido un largo camino desde los días de James Spratt, pero no todos los avances han sido positivos. Como tutores responsables, debemos informarnos, leer las etiquetas y tomar decisiones conscientes sobre lo que ofrecemos a nuestros animales. Documentales como Pet Fooled ofrecen una mirada crítica a la industria de los alimentos para mascotas, exponiendo las verdades ocultas detrás de muchos productos populares. Este documental nos invita a cuestionar lo que creemos saber sobre la alimentación de nuestros animales y nos empodera para buscar alternativas más saludables y naturales.

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Gato tomando agua

La importancia de la hidratación

Muchos tutores creen un cuenco de agua es suficiente para mantener los riñones del gato en óptimas condiciones. Lamentablemente, la importancia de la hidratación va mucho más allá.


¿Sabías que los gatos son los únicos animales que se hidratan a través de la comida? A veces, olvidamos la importancia de la hidratación y por eso, incentivarlos a beber es crucial.
Los gatos son carnívoros absolutos y descienden de los felinos que viven en el desierto. Y como allí no hay muchas fuentes de agua, tienen menos impulso de sed que otros animales.

La importancia de la hidratación


Cuando están en la naturaleza y cazan un ratón o un pájaro, encuentran allí todos los requerimientos necesarios para vivir. Una presa, con sus huesos, ojos, sangre y vísceras, tiene entre un 70 y un 80% de agua.

Lamentablemente, el bajo consumo de agua puede llevar a que tu gato pierda energía y empiece a tener el pelo hirsuto y un mayor riesgo de obstrucción uretral, sobre todo en machos.

Ocho problemas de salud que pueden causar deshidratación:

Diarrea
Vómitos
Diabetes
Golpe de calor
Regurgitación
Lipidosis hepática
Afección renal
Hipertiroidismo

Deshidratación crónica leve

Uno de los mayores peligros del alimento ultraprocesado es la deshidratación crónica leve a la que se ve sometido el animal.

Sin ponernos paranoicos, revisemos las encías de nuestro gato. Si están secas y pegajosas, hay que hacer urgente un chequeo completo para saber qué está pasando. En cambio, si están rosadas y húmedas, es altamente probable que todo esté okey.
Las alteraciones en el comportamiento siempre son signos a atender. ¿Está aletargado o duerme más que de costumbre? Ojo! Tampoco debemos olvidar que después de cada episodio de vómito o diarrea debemos rehidratar al gato. No importa si se trata de un episodio aislado o de un problema subyacente: si vomita o tiene diarrea se deshidratará con rapidez.

¿Cómo podemos ayudarlo?
Primero, visitando un buen veterinario nutricionista de gatos que nos arme una dieta fresca y húmeda para nuestra mascota. Y luego cambiando su recipiente de agua de plástico por uno de vidrio o cerámica. Si es de vidrio y transparente, mucho mejor.

El agua de la canilla no siempre es la más adecuada para ellos por las mismas razones que no es la más adecuada para nosotros: contiene pesticidas, metales pesados, cloro, fluoruro, cromo-6 y glifosato. Por esto, es fundamental que utilicemos agua filtrada pero por medio de un filtro apropiado que elimine todos aquellos productos peligrosos del suministro de agua. Y si no es filtrada, agua de botella baja en sodio.

También podés usar una fuente para gatos. Por lo general, ellos adoran estas fuentes porque les llama la atención el agua en movimiento y es un modo de enriquecer el ambiente de nuestro felino.

gato y perro en un sillón

¿Un gato puede comer harinas?

Las grandes industrias nos han hecho creer que los carnívoros pueden comer hidratos pero un gato no puede comer ni harinas ni cereales.

Los alimentos ultraprocesados son muy prácticos pero, ¿puede un gato comer harinas? La respuesta es simple y contundente: NO. Gatos y perros son carnívoros. Los primeros son carnívoros obligados (necesitan carne sí o sí para poder desarrollarse) mientras que los perros son carnívoros carroñeros. El carroñero puede vivir sin comer carne pero a la larga, su cuerpo se podría enfermar si no tiene proteína animal de calidad.

Por desgracia tanto gatos y perros son resistentes a los abusos humanos y pueden vivir bastante tiempo comiendo un alimento biológicamente inapropiado para su especie.

¿Un gato puede comer harinas?

Si uno le diera fideos a un pajarito, por ejemplo, éste se quedaría sin comer hasta morir. Entonces, ¿por qué muchos veterinarios recomiendan el alimento industrial mal llamado balanceado? ¿Acaso será que no es tan malo? Lamentablemente decir «malo» es poco; es malísimo. Y para ser un poco más gráfica, citaré a una veterinaria que conozco: “lo peor que le puede pasar a una mascota, es el humano”. 

Si revisamos nuestro comportamiento con los animales, no hay mucho que dudar. El humano creó el alimento seco (inapropiado para un gato), el humano lo recomienda, el humano lo compra y el humano lo sirve. Y lo más tremendo es que el amor incondicional que decimos tener por nuestros gatos dura hasta que nos dicen «cambiale la comida».

¿Por qué es tan importante que el gato coma un alimento biológicamente apropiado para su especie? En primer lugar, porque es el único animal que se hidrata a través de lo que come. Por lo tanto, necesita alimentos frescos y HÚMEDOS, ricos en agua. Cuando están en la naturaleza y cazan, esa hidratación la obtienen de sus presas. Ellos comen un pajarito entero, con sus vísceras, ojos, sangre, etc. Un pedazo de carne fresca tiene entre un 70 y un 80% de agua mientras que la comida seca, de paquete, entre el 4 y el 7%. Otra razón no menos importante, tiene que ver con el organismo de los gatos y perros que no está diseñado para comer hidratos de carbono.

¿De qué está hecha la comida de paquete? De ingredientes rechazados por la industria de comida para humanos o sea: lo peor del descarte (esto incluye harina de pico y cresta, animales muertos en la ruta, animales de zoológico, estiércol), granos y harinas de mala calidad, metales pesados. Y comer todo esto no solo les produce enfermedades evitables sino que también los puede matar. Así de simple.
Entre el listado de enfermedades que puede producir el alimento mal llamado «balanceado» encontramos: acidez, problemas urinarios, problemas renales, cáncer, diabetes tipo 2, obesidad, pancreatitis, debilitamiento del sistema inmunológico, falla multiorgánica, colangitis, etc.
Entonces, lo mejor que podés hacer es revisar la etiqueta de lo que tu gato (o perro) está consumiendo hoy y si es seco y no apto para consumo humano, cambialo por un alimento biológicamente apropiado para su especie. Exigí al veterinario que te ayude. Es su obligación.