El gran vacío: cómo afrontar el duelo por nuestros animales

La vida está hecha de momentos, por ende, las pérdidas son inevitables. Si bien tuve tiempo de prepararme para la partida de mi gato, el duelo por la pérdida de un animal puede ser algo insoportable.


Lo primero que hice cuando Amtommio llegó a mi vida fue googlear: “¿cuánto vive un gato?”. La respuesta me alegró, ya que la expectativa de vida de estos animales se había incrementado. Sin embargo, aunque es probable que nosotros vivamos más que ellos, sobreponerse al duelo por la pérdida de un animal puede volverse muy complicado.

El duelo por la pérdida de un animal

«No solo hay que aprender a dejar marchar las tensiones, sino también al moribundo. Si sientes apego y te aferras a la persona que ha de morir, es posible que sientas mucho dolor innecesario y que le resulte a ella mucho más difícil soltarse y morir en paz», dice Sogyal Rimpoché. Mi padre murió en 2012. Como un acto reflejo, traté de mantenerme fría y práctica durante toda su enfermedad: leí sobre la vida y la muerte y hablé del proceso en terapia. Horas antes de su partida, me acerqué a su cama, le di un beso y le dije: «andate, viejo. Vamos a estar bien». Entonces supe que era el momento. Cuando me llamaron del sanatorio esa madrugada, me dio un rash en todo el cuerpo y un ataque de ansiedad. Fue instantáneo e inmanejable.

La verdad es que yo esperaba que un milagro salvara a mi gatito dorado pero ese milagro no ocurría; tampoco podía quitarme esa maldita presión en el pecho que anticipa lo malo. Hasta que en abril del 2019, mi amiga Julieta Ulanovsky me dijo «cuando llegue el momento de dejarlo ir, lo vas a saber. Te lo prometo». Y al igual que había ocurrido con mi padre, un día me desperté, miré a Amtommio quejándose y le dije «andate, vamos a estar bien». Y lo llevé a dormir. Fui sola porque mi tía estaba muy grave y no quería generar un drama extra a mi familia. Acto seguido tuve un rash y se bloquearon mis vías respiratorias.

Jackson Galaxy dijo que cuando alguien muere, revivimos otras pérdidas, como si la puerta a esa herida volviera a abrirse. Por eso, sentí la partida de mi gato como un tsunami. Él enfermó en 2015, cuando aún no había terminado el duelo por la muerte de mi papá. Aunque Amtommio tenía un fibrosarcoma, fibrosarcoma, con la alimentación para carnívoros estrictos y el tratamiento, pudo llevar divinamente el proceso. El mayor problema era mi miedo porque los gatos absorben lo que nos pasa como si fueran esponjas. No quería tocarlo ni jugar con él porque sentía pánico de encontrar nuevos tumores. Literalmente me hacía la boluda, buscando sostén en la negación.

«La negación es la forma que la mente utiliza para protegerse temporalmente de la información que es demasiado dolorosa para ser aceptada en el momento en que se recibe», afirma Karen Becker.

Coco


Perder un animal muy amado y confesar públicamente nuestro dolor puede ser abrumador. Mi familia jamás lo entendió, y me daba vergüenza explicar lo que estaba sintiendo a mis amigos. Aun así, mamá plantó lavanda en el lugar donde Amtommio está enterrado.

Pero esto no solo me ocurrió a mí: Belén, una querida seguidora de Twitter, me confesó que no daba más del dolor tras la muerte de su perro, mientras que a su entorno le resultaba algo banal. «Toda mi estructura familiar se cayó tras su partida. Él le tenía miedo a las tormentas, a las motos, a los ruidos en general. Hace cuatro años quedó ciego y, al mismo tiempo, le detectaron diabetes. Durante diez años, vivimos odiando los truenos y las fiestas».

Durante el tiempo que dura una enfermedad, uno está enfocado en salir adelante como sea. Tal vez por eso, cuando la persona o el animal muere, todo se derrumba. Los días se vuelven eternos, no sabemos qué hacer con las tormentas ni con la playlist que hicimos para que el gato no se sintiera solo en el final. 115 caciones sobre el amor, el renacimiento y la muerte.

Amalia

Pero el vacío tampoco se achica cuando el animal se va de golpe. Mi amigo Julián aún le da vueltas al asunto. Durante las largas noches de insomnio, nuestras charlas siempre terminan en lo difícil que es la vida sin Amalia. Los gatos, al ser escondedores por naturaleza, suelen mostrar los signos de la enfermedad cuando ya es muy tarde y queda poco por hacer. Amalia fue una de las primeras «gatas amigas» de #MiGatoDinamita. Su partida me golpeó fuerte.

«Yo vi llorar a Jackson Galaxy tras la muerte de su gato. Y él debe haber tenido muchos animales», le comenté a Belén en un intento por validar así nuestra pena. Si Jackson llora y está triste, todos los demás también podemos estarlo. Qué absurdo, ¿no? Permitirnos sentir dolor y tristeza es el único modo (saludable) de surfear el duelo.

Las etapas del duelo.


¿Sabías que llevar luto sirve para que los demás sepan que acabás de perder un ser amado y te apoyen? En Argentina ya no se usa pero el concepto es interesante ya que de algún modo, deja al descubierto ese dolor que ocultamos por vergüenza.

Elizabeth Kübler-Ross, en su trabajo On death and dying, señala las cinco etapas del duelo:

1. Negación
2. Ira
3. Negociación
4. Depresión
5. Aceptación.

El 2019 fue el año de la ira total. Estaba enojadísima, especialmente con las últimas personas que atendieron a mi gato. Volver a pisar un consultorio me provocaba terror. No confiaba en nadie y no quería pasar por algo tan traumático nunca más.

Y si mi pena era palpable, la de mis otros gatos también lo era. Amtommio siempre fue el centro de todo, desde el día uno. Era el gato alfa de la casa, y su partida dejó muy solos al Dr. Oli Shapiro y a Curni Lov. Con el tiempo, ellos comenzaron a adoptar características de Tony para que yo no los extrañara tanto, lo que, desafortunadamente, terminó repercutiendo en la salud de ambos. Demasiada responsabilidad.

Cada vez que cuento lo que pasa con mis animales, la gente frunce el ceño y me mira raro. Es bueno saber que ellos, al igual que nosotros, se manifiestan como pueden. Mili, la gatita de Belén, se crió con Coco. Y cuando él murió, ella comenzó a dormir en los lugares que solía ocupar el perro. Hasta que la tristeza creció tanto que dejó de comer. Cuando la llevaron a la veterinaria, tenía 40º de fiebre. El estrés por la pérdida de su compañero le estaba jugando una mala pasada. Por suerte, ya está diagnosticada y en tratamiento.

La aceptación

Hay muchas cosas a tratar: la dinámica de la casa, el vacío, las conductas de todos, los cambios, nuestro estrés y el de ellos. Las feromonas ayudaban mucho en el proceso, pero tuve que cortar el tratamiento cuando dejaron de conseguirse por los problemas de importación en el país. Eso no estuvo bien, y empezamos a deprimirnos. Oli orinaba fuera de la caja, perdió pelo, se daba atracones con comida y hurgaba en la basura. Y la gata lo atacaba sin parar, impidiéndole estar cerca de mí. Claramente, ella había tomado el mando. ¿Yo? No podía dormir.

Por suerte, una amiga me recomendó a la veterinaria Julia La Valle, y así comenzó el proceso de aceptación. Recuerdo que, apenas mencioné a Amtommio durante la primera consulta, me desmoroné y ella tuvo que abrazarme. Creo que fue la primera vez que pude desahogarme sin miedo ni vergüenza. No solo me entendió, sino que también pudo «leer» a mis gatos. Hubo una búsqueda y mucho amor.

Lo que más me gusta de la medicina holística es su enfoque en el todo. Mis gatos son un todo integrado a mis emociones. Es imposible tratarlos sin considerar lo que nos está pasando como familia inter-especie. Por eso, cuando alguien cercano enferma, «deberíamos» hablar de inmediato con el terapeuta floral y el veterinario. Explicarles la situación, formar un grupo y pedir apoyo. Digo «deberíamos» porque el momento suele llevarnos puestos. Y en ese desborde, es muy difícil pensar. Nosotros tuvimos ese combo, pero de forma intermitente, y ningún tratamiento «entrecortado» funciona.

Altar del día de los muertos (2022)



La tinta no secó (uh)
Y en palabras dije muchas cosas (uh)
Pero en mi corazón
Todavía queda tanto por decir
No me voy
Me quedo aquí

No estás solo.




Hay millones de personas pasando por algo así en este mismo momento. Desde que arranqué con #MiGatoDinamita en Twitter, he despedido a muchos gatos de seguidores y amigos. Cada vez que uno enferma y su humano me escribe, todo se vuelve difícil. Pero sepan que blanquear nuestras emociones, escribir sobre el dolor y la pérdida ayuda muchísimo. A mí me tomó años entender esto, pero aquí estoy.

Mi mundo ha cambiado por completo pero Amtommio no para de mandarme señales y su legado sigue intacto en este blog. La vida de Belén, tal como la conocía, también se vio alterada. Aunque aún está en la fase de querer agarrar a su perrito cada vez que empieza a tronar, sabe que de este lado hay una red para sostenerla.

Lo mismo le ocurre a Andrea, quien perdió a Rayi hace muy poco y todavía se siente aturdida por el shock, y a Chino, que aún no deja de llorar a Lulito. O nuestra querida Silvina Ocampo: los días sin Mishito son terribles, pero gracias a él existe Flores4Patas. También he acompañado a muchos otros: Valeria me pasaba el parte diario de Daisy, y cuando partió, le escribió una poesía para incluir en la revista como homenaje. Pepo, Dumas, Kitty, Perlita, Goody, Circe, Lady Michigan, Fidelia, Blanqui, Magnolia… La lista es grande, sí. Pero más grande es nuestro amor.



Somos afortunados. A pesar del dolor, la pena y el vacío, somos afortunados por haber podido formar parte de sus vidas.

Transformá la salud de tu gato: La verdad sobre su alimentación

La salud de tu gato empieza por su alimentación. En este artículo, exploramos cómo una alimentación adecuada que puede transformar su salud.

La industria del alimento para animales ha dominado el mercado durante décadas. Promocionan productos que, en teoría, brindan todo lo necesario para la nutrición de nuestros animales. Esta conveniencia hace que alimentarlos sea fácil. Pero, ¿no nos estaremos engañando?
Imaginá vivir solo de comida rápida y galletitas. Nos olvidaríamos rápidamente de planificar y elegir productos saludables, y ni siquiera entraríamos a la cocina. Sin embargo, sabemos que eso nos enfermaría gravemente. Entonces, ¿por qué pensamos que un ultraprocesado es bueno ellos? Transformá la salud de tu gato a través de una alimentación adecuada. 

 

Transformá la salud de tu gato cambiando su comida


Algunas preguntas


¿Qué tan «balanceado» es realmente el alimento balanceado? Al observar más de cerca, es evidente que gran parte de las opciones disponibles están compuestas principalmente por harinas, hidratos de carbono y cereales de baja calidad. Estos ingredientes no corresponden a las necesidades naturales de nuestros gatos, que son carnívoros estrictos.

¿Por qué seguimos alimentando a nuestros gatos con productos procesados y secos, como las croquetas, cuando sabemos que su dieta en la naturaleza estaría compuesta casi exclusivamente de proteínas y grasas animales? Este tipo de alimentos, altamente deshidratados y repletos de conservantes, son en muchos casos responsables de una amplia gama de problemas de salud en nuestras mascotas, como la diabetes tipo 2, pancreatitis, obesidad, alergias, problemas urinarios, entre otros. Transformá la salud de tu gato cambiando su alimentación a opciones más acordes a sus necesidades nutricionales.



Un veterinario no es necesariamente un nutricionista animal

Uno de los grandes desafíos es que algunos veterinarios continúan recomendando estos alimentos industriales, a menudo por falta de información actualizada o por conveniencia. Sin embargo, como tutores responsables, debemos cuestionar estas recomendaciones y buscar alternativas más saludables. Un diálogo abierto con el veterinario sobre las necesidades biológicas de nuestro gato es fundamental, y si no encontramos apoyo, siempre podemos consultar a un especialista en nutrición animal.


Cuando Olivia llegó a la casa de Laura y Daniel, el alimento natural ya estaba incorporado a la dieta, ya que Isidoro, el otro gato de la familia, había hecho la transición previamente. Este cambio en la alimentación les ha proporcionado, en primer lugar, un sistema inmune más fuerte. Además, ahora tienen más energía y están correctamente hidratados. Es importante recordar que los gatos son los únicos animales que se hidratan principalmente a través de su comida.

Tomar la decisión de cambiar la dieta no es fácil. A menudo, uno se siente abrumado por interrogantes y teme cometer errores. Sin embargo, si se sigue la guía de un nutricionista y se realizan controles periódicos, el proceso funciona de maravilla. Con el tiempo, los ajustes en las cantidades se vuelven casi automáticos. Eso sí: no se cambia una dieta sin estudios completos. Tampoco hay que improvisar: darle pollo al gato o un pedazo de carne no es bueno. Y si no se puede cumplir a conciencia, mejor no moverse del ultraprocesado.


Potenciá el bienestar de tu gato


Hacer un cambio en la alimentación de nuestro gato no solo implica optar por productos más naturales y frescos, sino también replantearnos algunos de nuestros hábitos. Un error común es sobrealimentar a los gatos, especialmente cuando tenemos el alimento seco disponible durante todo el día. Muchos alimentos industriales están diseñados para ser altamente palatables y adictivos, lo que puede llevar a que el gato coma más de lo que realmente necesita. Es importante recordar que los gatos regulan su saciedad en base al contenido de proteína animal en su dieta.





Si su comida no tiene suficiente o si su cuerpo no la reconoce como fuente de energía adecuada, es posible que sigan comiendo sin detenerse. Por eso, es esencial ser conscientes de las porciones y asegurarnos de que la dieta sea rica en proteínas de alta calidad.
Finalmente, el cambio de alimentación debe ser un proceso gradual y controlado. Introducir poco a poco alimentos frescos y naturales puede hacer una gran diferencia en la salud de tu gato. Y lo más importante, es un acto de amor que puede prolongar su vida y mejorar su calidad de vida.

Conclusiones

Modificar la alimentación de tus peludos es un paso fundamental hacia su bienestar. Al adoptar una dieta adecuada, no solo mejorarás su calidad de vida, sino que también favorecerás un sistema inmune óptimo. Sin embargo, es importante recordar que este proceso no admite improvisaciones. La dieta Barf, aunque es simple, tiene sus propias reglas que deben cumplirse para garantizar la salud de tu animal. Si no puedes seguir estas pautas al pie de la letra, considerá mantener el alimento ultraprocesado. Siempre se puede complementar su dieta seca con ingredientes frescos y naturales que reduzcan sus efectos nocivos.

Recordá: Cada gato es único, y es fundamental prestar atención a sus necesidades específicas. Consulta con un veterinario o nutricionista especializado en felinos antes de hacer cambios en su alimentación. Y hacé chequeos semestrales.

¡Transformá la salud de tu gato hoy mismo! Comenzá a investigar sobre la dieta Barf y descubrí cómo podés hacer una diferencia positiva en su vida. Tu peludo te lo agradecerá.