Gato solo mirando por una boca de buey

El caso de dejar al gato solo y otros dilemas

Las redes sociales, con toda su inmediatez y alcance, se han convertido en un espacio para compartir dudas, reflexiones y experiencias. Sin embargo, también pueden ser un lugar donde se validan decisiones cuestionables, a veces sin considerar el impacto que pueden tener en el bienestar animal. O desconociendo algo tan básico como que no se debe dejar al gato solo.

dejar al gato solo

El caso del gato solo

Ayer, alguien preguntó en X si se podía dejar a un gato solo y por cuántos días. Esto me llevó a reflexionar sobre cuánto entendemos realmente las necesidades animales. No se trata solo de dejarles agua y comida, sino de garantizarles compañía, estimulación y supervisión. El bienestar de un felino, además, depende de todo eso. En el número #9 de Hello Cats hablamos sobre cómo prepararlos antes de un viaje y qué recaudos tomar. También contamos que muchas personas no se animan a dejarlos solos porque entienden el estrés que la separación les genera. Y desde luego que no somos los únicos que hablamos de esas cuestiones. Por eso me sorprendió tanto desconocimiento en una respuesta al tuit que decía que un gato podría sobrevivir dos semanas sin alimento, siempre que tuviera agua. ¿De verdad alguien tendría un gato para dejarlo solo tanto tiempo? Este tipo de pensamiento refleja una desconexión total con las responsabilidades reales de ser tutores de un animal.

Lo que aprendimos de Willy

Mi amigo Willy vivió algo que ilustra perfectamente por qué es tan importante planificar el cuidado de un gato. Hace años dejó sola a su gata un fin de semana, pensando que con comida y agua todo estaría bien. Pero el agua se volcó, la comida quedó inutilizable, y la gata terminó en una situación de estrés tan grande que alarmó a los vecinos. Ellos intentaron ayudar de las formas más creativas: primero tirándole agua en una bolsa, luego arrojándole un pollo de balcón a balcón. Finalmente, lograron entrar al departamento y rescatarla.

Esta experiencia le enseñó a Willy que no estaba preparado para tener animales. Con algo de rabia inicial, entendió que la mejor decisión era dejar que la gata, Pequeñita, viviera con los vecinos que la cuidaron. A veces, reconocer nuestras limitaciones también es un acto de amor.

¿Cuánto tiempo puede quedar un gato solo?

Mikel Delgado, conductista animal y colaboradora de Feline Minds, explica que nunca deberíamos dejar a un gato solo más de 24 horas. Aunque sean independientes, tienen necesidades emocionales que solemos subestimar. Son territoriales y rutinarios; cambiarles la caja sanitaria de lugar ya es un desafío enorme, así que imaginá cómo se sienten si los dejamos solos por días.

Y no olvidemos que siempre pueden surgir imprevistos, como pasó con Pequeñita. Ser los tutores de un gato significa asumir una nueva responsabilidad. Ellos dependen de nosotros para su seguridad y bienestar.

El poder (y riesgo) de las preguntas en redes

En las redes sociales, solemos buscar respuestas que validen lo que ya decidimos hacer. Pero, ¿realmente queremos aprender? Hace un tiempo alguien preguntó: «¿Está mal rociar a un perro con insecticida?». Lo inquietante no fue solo la pregunta, sino las respuestas: algunas lo minimizaban y otras lo tomaban con humor. Esto refleja un problema mayor: la necesidad de justificar decisiones erradas en lugar de educarnos. ¿Qué es lo que pretendemos como respuesta cuando hacemos esta clase de preguntas? ¿Que nos respondan que no pasa nada o que nos digan que el animal podría morir?

Cuando hablamos de animales, la información es clave. Antes de adoptar, deberíamos investigar, entender sus necesidades y ser honestos sobre si podemos cumplirlas. Tener un gato, por ejemplo, implica cepillarlo regularmente, prestar atención a su higiene y mantenerlo estimulado. Hace unos meses, me arrobaron en un tuit sobre un gato obeso lleno de rastas porque su dueña no sabía que debía peinarlo. «¿Hay que ayudarlo?», preguntó molesta porque ahora tendría que llevarlo al veterinario. Situaciones como estas no solo generan estrés para el animal, sino que también muestran cuánto desconocemos sobre el cuidado responsable.

Hacia una mayor conciencia

Todos podemos cometer errores, pero cuando hablamos de la vida y el bienestar de los animales, no hay lugar para la indiferencia ni la ignorancia. Las redes sociales tienen el potencial de educar y generar conciencia, pero también perpetúan malas prácticas cuando las preguntas y respuestas se banalizan o minimizamos riesgos. Cada interacción cuenta aunque en X, por ejemplo, nada sea tomado en serio porque «para eso existe Facebook».

Los gatos no son objetos decorativos ni soluciones para quienes buscan una compañía «fácil». Son seres vivos con necesidades complejas que requieren atención, cuidado y compromiso. Si no estás dispuesto a asumir esa responsabilidad, es mejor no tener un animal. Porque, al final, nuestras decisiones tienen consecuencias reales, y minimizar su impacto solo perpetúa el maltrato y la negligencia. Reflexionemos con seriedad y hagamos de las redes un espacio para la educación responsable. Los animales merecen respeto, cuidado y amor, no ser víctimas de nuestra comodidad o desinformación.

Heredar un animal

Heredar un animal es un acto de amor

Dejar como único heredero a nuestro gato no es lo mismo que heredar un animal de otra persona. Y hoy queremos aclararlo.

Cuando uno guglea «heredar un animal» lo primero que aparece en el buscador son cosas que nada tienen que ver con esto sino con leyes y dinero. Por eso quisimos hablar del tema y revisar un poco las historias de nuestros seguidores y amigos.

Heredar un animal

Imaginate por un momento que tenés una vida completamente armada y una casa linda e impecable sin animales porque preferís tener libertad de acción. Y un día alguien te llama para decirte: «me queda poco tiempo de vida y necesito que te ocupes de mi gato». Parece algo extremo pero ocurre y bastante más seguido de lo que uno imagina. Tal vez los casos sean menos dramáticos pero la gente suele heredar animales. A veces el traspaso se hace con papeles, dejando todo claro y en orden bajo la mirada atenta de algún escribano y otras veces…

Uno de mis amigos tuvo que hacerse cargo del gato de la novia. Cuando se separaron, la chica le dijo «quedate con René o lo tiro por ahí». Mi amigo no iba a permitir que eso ocurriera pero la idea de convivir con un gato no era algo que lo hiciera muy feliz. Al principio se odiaron. Pasó mucho tiempo hasta que la relación humano – felino se convirtió en un vínculo hermoso. Juan amó a René como nadie. Y viceversa. Y cuando él murió, se tatuó su cara en el brazo.

René en el brazo de Juan

La pandemia y toda la locura, incertidumbre y terror que vivimos, reavivó esto. Muchos, sobre todo los que estamos solos con nuestros animales, nos desesperamos. «¿Qué va a pasar con mi gato si yo muero?» En un momento, algunos llegamos a hacer pactos con otros conocidos para calmarnos. «Okey, si yo muero primero vos te quedás con mis perros y viceversa». Complejo.

Cuando planteamos el tema en nuestra cuenta de twitter, todo estalló. Nos llegaron muchísimos testimonios hermosos, tristes, dramáticos. Fue algo realmente increíble.
Y con ese material, hicimos un episodio memorable de nuestro podcast.
Milagros heredó a Petunia: «Ella vivía sola con su humano y cuando murió, buscaban un hogar para ella. Tenía 10 años y compartimos juntas 6 años inolvidables». Angie, por su parte, nos cuenta que «al morir mi tía me traje sus 2 gatos a casa. A Bingo, mi tía lo había adoptado de otra amiga que había fallecido y a Panty la tenía de bebé». Todas historias de amor absoluto.

Acumuladores de animales

Hace unos años, mucho antes de adoptar a Curni Lov, comenté en terapia que tenía planeado buscar un tercer gato. Recuerdo perfectamente la cara de mi psicóloga, quien rápidamente dijo: «Alto ahí. Tres es el número límite. Más de eso ya no es sano ni para vos ni para los animales, no te conviertas en acumuladora de animales”.

En ese momento no entendí mucho lo que ella estaba tratando de explicar porque aún no sabía cómo manejarme con los animales. Ni siquiera tenía idea de los requerimientos básicos que un gato podía llegar a tener ni de la necesidad de prestar atención a la caja sanitaria y mucho menos comprendía los problemas de mi vida que estaba queriendo tapar. Tiempo más tarde y ya con la gata nueva en casa, una amiga muy cercana, también psicóloga, me hizo poner cartelitos en ciertos lugares estratégicos con leyendas del tipo “BASTA DE GATOS” y “ADOPTAR NO ES ACUMULAR”.

Acumuladores de animales

Esto que parece algo exagerado, no lo es. El límite entre el amor por los animales y la acumulación es muy delgado y por lo general es algo que pasa desapercibido hasta que la historia se sale de control y se transforma en un delito. Anahí Campero, voluntaria de Gatitos de la Sarmiento, difiere mucho en esto y afirma que “esa línea es bien clara para personas con sentido común” pero, ¿tenemos sentido común para discernir cuántos gatos son muchos gatos?

Anahí tiene cuatro pero hoy asegura que su límite son dos. Y en un punto, no solo le doy la razón sino que apoyo ese número. Los felinos son animales territoriales, cazadores solitarios, se estresan con facilidad, requieren de alimentación para carnívoros estrictos y un hogar catificado y libre de stress. Además, no olvidemos esa regla de oro que la mayoría se niega a cumplir: 1 gato = 1 caja +1.

Síndrome de Noé es el término coloquial usado para describir lo que, en psiquiatría, se denomina Trastorno de Acumulación de Animales. Las personas que lo padecen acumulan un gran número de animales en casa (perros y gatos, principalmente) sin poder proporcionarles los cuidados básicos.

¿Cuántos gatos son muchos gatos?

Las personas compulsivas, que tienen necesidad de controlar y poseer animales sin importarles de qué modo la vida de esos seres se ve afectada, no es algo que debamos minimizar. Lamentablemente internet y las redes sociales fomentan esto día a día. Y en vez de ayudar a estas personas, los animan a seguir acumulando.
Hace poco, conocí una veterinaria experta en gatos que tenía 11 animales en su departamento. Y no solo eso: rescató uno con vif, no tomó los recaudos pertinentes, parte de la manada se vio comprometida y uno murió. Creo que era no era muy consciente de lo que había sucedido porque me dijo: “ahora que me escucho diciéndote eso, me doy cuenta de la locura”.
Si buscamos en google «Acumuladores de animales» podremos encontrar series, documentales y programas especiales sobre el tema. Uno de ellos es «Cat ladies» (2009) dirigido por Christie Callan-Jones, quien lejos de juzgar, muestra un enfoque real y sincero sobre esta problemática.

Entender una situación tan compleja como esta no es nada fácil. Ni aún con los recursos financieros correspondientes y una casa grande, se puede llevar acabo esto sin ayuda de otras personas que estén pendientes y colaboren en el día a día a, por lo menos, ordenar las comidas por turnos para que puedan alimentarse tranquilos y sin competir por la presa. Cada animal debe comer una ración según su peso y estado de salud. Meter alimento ultra procesado en un cuenco y que se arreglen no es la salida. Seamos responsables, no fomentemos la compulsión. Adoptar es un acto de amor responsable; la acumulación es otra historia. 

Nota: Necesitamos de tu colaboración para sostener este proyecto. Si te gusta el contenido que generamos, invitanos un cafecito.

Planta araña (catfriendly)

Los gatos son animales muy particulares: no tocan las plantas hasta que un día, eso cambia y tenemos que correr al veterinario.


Es genial tener plantas en casa pero antes de meter vegetación nueva, solo hay que asegurarse de que ésta sea apta para nuestras mascotas. Cuando uno toma la decisión de adoptar, es muy importante revisar bien qué cosas hay en la casa para asegurarnos un hogar catfriendly. Y acá no importa el “mi gato no toca” porque siempre existe una primera vez para todo. En el #4 de Revista Hello Cats, entrevistamos a una de las dueñas de Urban Pots (Buenos Aires) para hablar del tema.

¿Existen plantas lindas y seguras? Sí, no muchas pero hay. Una gran opción es la planta araña porque es de interior y fácil de cuidar. Además, son duraderas y se adaptan bien a diferentes niveles de luz y agua.
¿Cómo cuidarla?
Luz: brillante luz solar indirecta. Puede tolerar luz más baja.
Suelo: suelo para macetas con buen drenaje.
Agua: Mantenga el suelo húmedo, pero no empapado. Deje que la tierra se seque un poco entre riegos.

Si tenés dudas sobre las plantas que hay en tu casa, una opción es bajarte una App al celular y rastrearlas desde ahí. O directamente, averiguar el nombre con google images y luego chequear en la web de Aspca. En lo personal, nunca fui buena con la vegetación pero confieso que a veces me gustaría tener una casa verde, que llene de color y vida cada espacio pero… a la hora de elegir, me quedo con los gatos.

Nota: todas las plantas aptas para gatos pueden ser mordisqueadas con moderación. Si el animal se da un atracón, podría desarrollar problemas estomacales o gastritis. Entonces, «TODO CON MODERACIÓN».

catfriendly
gato a upa de pareja de humanos

Razones para adoptar un gato

Cuando entramos en Facebook y miramos las fotos de los rugios, nuestro sentido común se nubla. Y lo cierto es que adoptar un gato no es algo que deba hacerse a la ligera.

Muchas veces tomamos desiciones por compulsión, en frío y sin pensar, y luego nos arrepentimos. Cuando pienso en todos los animales que son abandonados a diario, más me convenzo de la importancia de elaborar un listado de «razones para adoptar».

Razones para adoptar un gato

«Responsabilidad es dar cumplimiento a las obligaciones y ser cuidadoso al tomar decisiones o al realizar algo. La responsabilidad es también el hecho de ser responsable de alguien o de algo».


1. El gran error.

Mi primer gato llegó a mi vida en el 2010, luego de una separación bastante dolorosa. No estaba en mis planes tener un animal sencillamente porque no estaba segura de poder cuidarlo. Pero mi amiga insistió e insistió y a los pocos días, el Dr. Oli Shapiro estaba instaladísimo en casa. Y aquí aparece el primer error: no se debe obligar a otro a tomar una decisión de esta clase. En mi caso, quería encontrar mis propias razones para adoptar un gato, más allá de la tristeza. Salió bien de milagro pero podría haber sido un desastre. La gente regala perros, gatos, conejos como si fueran remeras y no cae en la cuenta de la responsabilidad.

2. Los imprevistos

¡Cuidado, sillón en peligro!

Es todo muy lindo en la foto de instagram pero una adopción va más allá de eso: hay imprevistos, gastos fijos, horarios que se alteran y, en ocasiones, muebles destrozados. Tu vida tal como la conocés, desaparecerá. Esto no es ni bueno ni malo sino distinto. En lo personal, no volví a irme de viaje porque nadie quiere cuidar a mis gatos. Mis amigos viven lejos y Curni Lov y Dr. Oli Shapiro tienen necesidades muy marcadas, una rutina que hay que respetar y requieren más atención que una diva de Hollywood. Entonces, es importante recordar que toda decisión que involucre a otro ser vivo debe tomarse con la mente en frío. Repasar pros y contras, hacer una lista, planificar todo lo que sea posible y consultarlo con la almohada.

3. Armando la lista de razones para adoptar

Desde que arrancamos con #MiGatoDinamita, hace de esto seis años, nuestra visión de las cosas se fue modificando y aprendimos algo que parece una obviedad y sin embargo, no lo es: los animales no son cosas.
A diario recibimos mensajes, consultas y testimonios de personas que adoptan gatos (y perros) compulsivamente. ¡O adoptan y se arrepienten o adoptan y no tienen dinero para mantener al animal o adoptan y lo abandonan porque necesitan irse del país o a sus parejas no les agradan o son alérgicos! Por eso nos pareció importante hacer este episodio hablando del tema. ¿Hay muchas razones para adoptar un gato? Desde luego pero hay otras cuestiones a tener en cuenta que no son tan lindas ni amigables. Un animal tiene sus requerimientos específicos y estos son muy diferentes a los nuestros. Humanizarlos no es el camino; debemos armar un vínculo multiespecie con todo lo que esto implica. Responsabilidad y paciencia son dos de las palabras claves. Y no obligar a NADIE a hacerse cargo de algo que no desea.

Para poder desarrollar la idea con sus pro y contras, hablamos con una rescatista de gatos (Anahí de Gatitos de la Sarmiento) y con Carolina de Gaatoba (Gatos en Activ. Terapéuticas). Ambas explican perfectamente qué requisitos debemos cumplir y qué cosas pensar muy bien, antes de tomar la gran decisión.

Pueden escuchar el episodio #110 en Spotify o desde nuestra web.
Y si quieren comprar los libros que mencionamos (El tigre en la casa y La odisea de Homero), pueden visitar las páginas de Ed. Sigilo y Giratiempo libros.

Mujer con un gato tabby a upa

Adoptar un gato

A la hora de adoptar un gato o traer un nuevo animal a casa, la duda más grande que nos asalta es «¿qué va a pasar con el felino titular? ¿Lo aceptará? ¿Se pondrá celoso? ¿Se adaptará fácilmente al nuevo compañero?»

Adoptar un gato


Para la adaptación hay varias cosas a tener en cuenta, incluyendo las flores de Bach. Estas deben ser administradas antes de la llegada del nuevo integrante, sosteniendo el tratamiento tres meses como mínimo. El uso de feromonas sintéticas también puede ayudar muchísimo en esta etapa. Sin embargo hay algo que muchos no contemplan y tiene que ver con la salud (física y emocional).

Cuando decidimos adoptar un gato bebé (y ni hablar de transitar gatos de la calle) debemos tenerlo separado del otro gato por un período de 20 días como mínimo y desparasitarlo. Y si va a ser un gato que circula, no dejarlo salir al exterior hasta tener las vacunas correspondientes. Eso como primera medida hasta descartar cualquier otro tipo de enfermedad.  Si uno mezcla un gato enfermo con otro que capaz está con las defensas bajas, puede ser un problema serio.

Muchos gatos de la calle suelen tener alguna enfermedad, ya sea anemia producida por la picadura de una pulga, VIF (el virus de inmunodeficiencia felina), ectoparásitos (que requiere tratamiento) o rinotraqueítis felina (un virus respiratorio muy común y muy contagioso que a veces puede ser mortal). Los gatitos pueden vivir con anemia o VIF y se pueden recuperar del FVR, pero sin dudas va a contagiar al resto de la manada. Y si el otro gato viene de sufrir stress por algún episodio traumático y está débil, podría costarle la vida. @Emi_Veterinario, quien nos ayudó a elaborar este post, nos dijo algo que no podemos pasar por alto: «el tema de mantenerlo encerrado también es porque, más si son adultos, suelen no conocer olores como propios y huir. Entonces mejor que se familiarice con el hábitat, una semana mínimo para después permitirle salir al exterior».

Entonces, seamos prudentes. Consultemos a el veterinario, preguntemos todo lo que haya que preguntar, tomemos recaudos, no nos apuremos. Si tu gato está en tratamiento, no metas a un gato nuevo en la casa hasta que esté completamente fuerte y sano. Respetá los días que hay que tenerlos separados y mientras, andá preparando el terreno con el otro gato que tenés en casa.