El vínculo entre un gato y su humano es único. Cuidarlos va más allá de lo básico: implica comprender sus necesidades, adaptar nuestro hogar a cada estación y fortalecer esa conexión especial que hace que todo valga la pena. Este almanaque está diseñado para acompañarte mes a mes, con consejos prácticos que priorizan su bienestar y celebran ese lazo irremplazable.

2025: Un año para celebrar la vida con tu gato


Un nuevo año está a punto de comenzar

El 2025 trae nuevas oportunidades para cuidar mejor a tu gato en cada etapa del año. Desde ajustar la casa a las estaciones hasta mantener un control veterinario adecuado, el almanaque Hello Cats está diseñado para inspirarte y guiarte. Además, recordá que mantener el manto de tu gato en condiciones es fundamental durante todo el año, especialmente en las épocas de muda.


Enero: Preparativos para las Vacaciones

Con muchas familias saliendo de vacaciones, es fundamental planificar cómo garantizar el bienestar de tu gato. Si se queda en casa, asegurate de que quien lo cuide tenga toda la información necesaria sobre su rutina y hábitos. Prepará su espacio con juguetes y zonas frescas. Si viaja con vos, verificá que el lugar donde te hospedes sea apto para recibirlo y llevá todos los elementos que pueda necesitar. Recordá además que la exposición solar debe ser controlada incluso, en gatos negros.

Febrero: Bienestar en los Días Calurosos

El verano puede ser exigente, pero con las medidas adecuadas, tu gato estará cómodo y seguro. Mantené los ambientes frescos, ofrecé agua en varios puntos de la casa y considerá opciones hidratantes como caldo de huesos. Revisá su peso y consultá con el veterinario si hay cambios importantes. También podés ofrecerle snacks ligeros y saludables, como cubos de melón o sandía sin semillas, ocasionalmente.

Marzo: Otoño y Chequeo Veterinario

El cambio de estación es ideal para un chequeo general. Consultá con el veterinario si su dieta necesita ajustes para adaptarse a los días más frescos. Es también un buen momento para revisar su peso, cortar sus uñas y planificar su rutina de actividad física. Con la llegada de la muda, reforzá los cepillados para mantener su manto en condiciones.

Abril: Preparativos para el Frío

Con el descenso de la temperatura, es importante asegurarse de que tu casa esté lista para el invierno. Llamá al gasista para revisar estufas o sistemas de calefacción. Asegurate de que su cama esté ubicada en un lugar cálido, lejos de corrientes de aire. Si tu gato tiene acceso a balcones o catios, verificá que estén protegidos contra el frío extremo.

Mayo: Ajustes de Confort

El otoño avanza, y tu gato puede requerir un extra de calor y comodidad. Revisá sus zonas de descanso y agregá mantas si es necesario. Si notás cambios en su comportamiento, como mayor somnolencia o menos apetito, consultá con el veterinario para descartar problemas de salud.

Junio: Bienvenido Invierno

El frío ya está instalado, y es momento de garantizar que todo funcione correctamente en casa. Controlá que la calefacción esté segura y mantené zonas cálidas para tu gato. Cepillalo regularmente para prevenir enredos y estimulá su actividad con juguetes que promuevan el movimiento en espacios interiores.

Julio: Mes de Cuidado Intenso

El invierno también puede ser un momento para revisar en profundidad su salud general. Consultá con el veterinario si su dieta requiere suplementos, especialmente si es un gato mayor o tiene necesidades específicas. Considerá enriquecer su entorno con nuevos estímulos para mantenerlo activo.

Cada estación trae consigo nuevos desafíos y oportunidades para cuidar su bienestar. Desde preparar la casa para protegerlo del frío del invierno o el calor del verano, hasta ajustar su rutina diaria según el clima, los cambios son esenciales para garantizar su comodidad y salud. Mantener su manto en perfectas condiciones es una tarea constante que se vuelve especialmente importante en las épocas de muda, como el otoño y la primavera. Además, pequeñas acciones como revisar su peso, consultar al veterinario para ajustar su dieta, enriquecer su entorno con juguetes o zonas cálidas, y asegurarte de que el hogar sea seguro y acogedor, hacen una gran diferencia.

Agosto: Luz y Renovación

Los días comienzan a alargarse, y el sol invernal es un gran aliado. Ubicá sus zonas de descanso donde reciba luz natural para que pueda aprovechar el calor del día. Si ha ganado o perdido peso durante el invierno, este es un buen momento para reajustar su dieta con orientación veterinaria.

Septiembre: Muda de Primavera

La primavera trae una nueva etapa de muda, por lo que el cepillado es más importante que nunca. Incrementá la frecuencia para evitar bolas de pelo y mantené su manto en condiciones. Revisá las áreas de juego al aire libre para asegurarte de que estén libres de elementos peligrosos, como plantas tóxicas. Y recordá proteger a los animales del sol. Exposición solo hasta las 10 de la mañana y luego de las 17 horas.

Octubre: Energía Renovada

Tu gato probablemente estará más activo con el clima cálido. Aprovechá este momento para introducir nuevos juegos y enriquecer su entorno. Si pasa tiempo en balcones o catios, verificá las redes de contención para garantizar su seguridad.

Noviembre: Actividad al Aire Libre

Los días largos son ideales para explorar. Si tenés un catio, asegurate de que sea seguro y estimulante para tu gato. No te olvides de hacer coprocultivo y recordá que no se desparasita al animal sin el estudio previo.

Diciembre: Preparativos para el Verano

Antes de las vacaciones, llevá a tu gato al veterinario para un chequeo completo. Ajustá su dieta si es necesario y verificá su peso. Prepará la casa para los días calurosos, con zonas frescas y agua en abundancia. Si planeás viajar con tu gato, organizá todo con anticipación para evitar imprevistos.


Cierre

El almanaque Hello Cats 2025 es una guía para cuidar a tu gato en cada etapa del año. Recordá que mantener su manto en condiciones es fundamental, especialmente durante las épocas de muda. Si todavía no lo tenés, es el momento de sumarte a un año lleno de cuidado y bienestar.

Un gato vomitando en el suelo, mostrando una señal de malestar.

No es normal que nuestro gato viva vomitando


El vómito es un signo clínico que puede estar asociado a múltiples procesos patológicos en los gatos. Aunque no todos los episodios revisten seriedad, cuando se vuelven crónicos, es fundamental consultar al veterinario para analizar al animal y determinar la causa subyacente. No todos los tipos de vómito son iguales, y si tenés gatos, probablemente hayas aprendido a distinguirlos. Personalmente, puedo diferenciar claramente los vómitos por gastritis (y estrés), de las bolas de pelo, los atracones, o aquellos que ocurren por demoras en servir el alimento. Incluso reconozco cuando mi gata vomita debido a la constipación. Recuerda que no es normal que nuestro gato viva vomitando, y es esencial prestar atención a cualquier cambio en su salud.


Normalicé los vómitos durante los primeros cinco años de vida de mi gato, Amtommio. Busqué en Google las causas y, en su mayoría, todas decían lo mismo: “bolas de pelo”. Pero luego, gracias a una de las veterinarias que lo atendió durante su enfermedad, comprendí que no solo no era normal que vomitara tres veces por semana, aunque fuera un gato de pelo largo, sino que eso podría ser un indicativo de que algo no andaba nada bien.

Tipos de vómito

Los vómitos pueden clasificarse por su cronicidad y por su apariencia. Hablando de cronicidad, tenemos dos categorías: los vómitos agudos (que duran menos de 5 días) y los crónicos (que aparecen de forma recurrente o se extienden durante más de 5 días).

Con sangre fresca: Este tipo se presenta con una tonalidad rosada o con pequeños hilos de sangre sin digerir. Si alguna vez has tenido tos con flemas o has vomitado durante una gastroenteritis, sabrás muy bien cómo es el aspecto de este tipo de vómito.

Alimenticio: Es claro y contundente, generalmente contiene alimento sin digerir o parcialmente digerido. Esto puede deberse a que el gato devora su comida o se da atracones, como le sucede a uno de los míos, aunque también podría tener otras causas.

Transparente o espumoso: Este tipo ocurre cuando el estómago está vacío. Los gatos son rutinarios y suelen anticipar su próxima comida. Por ejemplo, en casa, mis gatos toman su primera ración a las 9 de la mañana, por lo que suelen liberar ácido clorhídrico, jugos gástricos y bilis aproximadamente una hora antes de esa hora. Si la comida no llega a tiempo (porque nos quedamos dormidos, no estamos en casa o se nos olvida descongelar el alimento), es probable que vomiten líquido transparente. Sin embargo, también podrían haber otras razones para este vómito.

Amarillo o bilioso: Se asocia con reflujo duodenogástrico o enteritis de intestino delgado.

Con gusanos o larvas: Indica una posible infestación parasitaria que requiere atención veterinaria.

Estercoráceo o fecaloideo: Este tipo de vómito podría sugerir la presencia de sangre y requiere una consulta veterinaria para confirmarlo. También puede indicar la posible presencia de parásitos internos, neoplasias o varices gástricas o intestinales.

Vómito proyectil: Como su nombre indica, este tipo de vómito es impulsivo, sin náuseas ni arcadas, y podría ser un signo de obstrucción pilórica.


La importancia del consultar al veterinario

En el episodio #120 de nuestro podcast, hablamos sobre el tema y compartimos el testimonio de Penélope, una seguidora cuya gata, Solcito, no solo vomita con frecuencia, sino que también se arranca el pelo debido al estrés. Es crucial recordar que una de las causas más frecuentes del vómito en nuestros gatos está relacionada con una mala alimentación, por lo que siempre es importante hablar con el veterinario de cabecera para descartar patologías o problemas.

Conclusiones

Si observas que tu gato presenta este tipo de episodios con frecuencia, es fundamental que hables con tu veterinario. Aunque algunos casos pueden ser inofensivos, otros pueden ser un signo de problemas de salud más serios. Conocer a tu gato y sus hábitos es clave para identificar cualquier cambio que pueda ser motivo de preocupación.

Gato maullando, simbolizando la comunicación felina a través del maullido.

El Maullido: una ventana al mundo de tu gato

Los gatos se comunican con nosotros a través del maullido, usando esta vocalización para saludarnos, pedir comida y avisarnos cuando algo no está bien.

Convivir con un gato implica acostumbrarse a esos maullidos intempestivos. ¿A quién no le ha sucedido estar profundamente concentrado en un texto y, de repente, escuchar al ‘michifuz’ gritando? Nunca debemos ignorar un maullido ni gritarle al gato que maúlla, ya que lo único que desean es comunicarse con nosotros y transmitirnos algo importante.

Maullido

Hay días en que los gatos maullan más que otros, y a veces parece que pueden maullar sin parar. Hay momentos en los que desearíamos que pudieran hablar para explicarnos qué demonios les pasa. Sin embargo, comprender el lenguaje corporal y las vocalizaciones de nuestros felinos nos ayuda enormemente a entender su forma de comunicarse y, sobre todo, a fortalecer el vínculo con ellos.

gatito maullando

Los gatitos suelen maullar durante las primeras semanas de vida para comunicarle a su mamá que tienen hambre o frío, emitiendo sonidos agudos y breves. A medida que crecen, dejan atrás esta costumbre y solo la mantienen cuando necesitan interactuar obligatoriamente con un humano. Sin embargo, la comunicación felina es un fenómeno integral: combinan maullidos con bufidos, lloros, gruñidos y movimientos corporales.

A diferencia de mis otros dos gatos, el Dr. Oli Shapiro rara vez maúlla o ronronea; en cambio, se comunica conmigo principalmente a través de su lenguaje corporal. Esto a veces dificulta un poco la situación, ya que debo estar aún más atenta a sus señales. Es importante recordar que si un gato maúlla en exceso, es fundamental llevarlo al veterinario para descartar cualquier patología. En ocasiones, especialmente si están alterados por cambios en el hogar, un poco de música puede ayudar a reducir la tensión y los maullidos.

Maullido: Cuando el gato se acerca y suelta un «miau», simplemente nos está saludando.

Ronroneo: Ese suave motorcito que tanto nos alegra. Aunque sea un misterio, sabemos que lo emite cuando está a gusto.

Murmullo: El gato también produce un sonido sordo, suave y rítmico al exhalar. Te está saludando, casi rogando que le prestes atención y lo acaricies.

Gruñido, siseo o «sifonazo»: Cuando oímos estos sonidos, significa que el gato no está contento. Puede estar asustado o a la defensiva. ¡Cuidado!

Chillido o grito: Es probable que el gato esté sintiendo dolor y no quiera que lo toques.

Castañeteo: Este comportamiento es evidente cuando quieren atrapar una mosca o un pájaro, a menudo acompañado de un movimiento de mandíbula.

Grito o alarido (o un «mamamu» que algunos entienden como mamá): Un clásico mensaje que pregunta «¿dónde estás?» o «¿por qué estoy gritando?».

Gemido: Un grito largo y bajo, proveniente de la garganta, que generalmente anticipa el vómito.

También es importante recordar que, a medida que los gatos envejecen, pueden experimentar confusión o disfunción mental. Esta confusión puede hacer que se sientan incómodos, perdidos e inseguros. En tales situaciones, lo mejor es hablarles suavemente para tranquilizarlos con nuestra voz.

El repertorio de vocalización del gato es bastante extenso aunque no parezca y seguro tendrás muy presente el maullido pidiendo comida porque más de una vez te habrá despertado. Aquí te enseñamos algunos más. 

¿Te sorprendió alguna vez el maullido de tu gato? ¡Nos encantaría conocer tus historias! Compartí en los comentarios cómo te comunicás con tu michi y qué sonidos has aprendido a interpretar. Si esta información te resulta útil, no dudes en compartir este artículo en tus redes sociales. Juntos, podemos ayudar a otros amantes de los gatos a comprender mejor a sus compañeros peludos.