Probablemente no exista otro avance médico que haya salvado más vidas que las vacunas. Lamentablemente muchos animales experimentan efectos secundarios leves y no tanto y por eso siempre debemos optar por una vacunación responsable.
Voy a hablar de un tema muy polémico, que se conoce hace casi 30 años y que es muy poco divulgado: el exceso de vacunación en los animales. Cuando mi gato Amtommio enfermó, en el 2015, todos los profesionales que consulté, concluyeron en que el tumor (fibrosarcoma) era producto de la triple felina y que debía dejar de vacunarlo.
En ese momento, como estaba desesperada, consulté con 7 veterinarios convencionales (desde el más comercial y televisivo hasta los del Hospital Escuela) y todos me dijeron lo mismo: fue la vacuna. Creo que como guardianes de mascotas, debemos exigir una explicación clara, seria y honesta al respecto. ¿Por qué si saben las contraindicaciones de la antirrábica, la triple felina y la vacuna contra la leucemia ninguno parece querer blanquearlo? Según el Centro de Cáncer para Mascotas, los tumores que desarrollan los gatos después de la vacunación generalmente son fibrosarcomas, pero también pueden ser rabdomiosarcomas, histiocitoma fibroso maligno, sarcoma indiferenciado, osteosarcoma extrasquelético y condrosarcoma.
Según explica la Dra. Becker, “los sarcomas asociados a la vacunación generalmente son más agresivos que los sarcomas no relacionados con vacunas. Un estudio de 100 gatos diagnosticados con SPI reportó que el 60 % de los gatitos presentaron tumores de alto grado (altamente agresivos), mientras que sólo el 6 % presentó de bajo grado (levemente agresivos). Los sarcomas felinos asociados con las vacunas se desencadenan principalmente debido a la vacuna contra la rabia o la vacuna contra el virus de la leucemia (FeLV por sus siglas en inglés). Sin embargo, el SPI también se ha relacionado con la colocación del lufenuron inyectable (ingrediente activo de algunos productos contra las pulgas, garrapatas y otras plagas), antibióticos de acción prolongada, corticosteroides, microchips y zonas del cuerpo de un gato donde se utilizaron materiales de sutura no absorbibles”. Con esto no estoy diciendo que haya que dejar de vacunar al gato (o perro) sino que se debe hacer a conciencia. ¿Por qué revacunar a nuestras mascotas de por vida si no lo hacemos con nosotros mismos?, es una muy buena pregunta para arrancar con esta cuestión. Una de las cosas que quiero dejar bien en claro acá, es que la diferencia entre una persona que opta por una vacunación responsable y un antivacunas, es inconmensurable. Por eso me enoja que una veterinaria como la Dra. Sara Wooten haya escrito un artículo espantoso sobre el tema acusándos a muchos de nosotros de antivacunas cuando eso no es para nada cierto.
Los que tenemos o tuvimos gatos con fibrosarcomas, sabemos lo que significa transitar esa enfermedad con ellos y la culpa inmensa que no se va, menos después de la muerte del animal, por algo que se podía haber evitado. Siempre pienso que si pudiera volver el tiempo atrás, volvería al momento en que lo encontré a Amtommio y esperaría hasta los 6 meses para aplicarle todas las vacunas y reducir riesgos, buscaría un buen veterinario holístico que le recetara algún remedio detox para disminuir las consecuencias y listo. Lamentablemente es algo que no puedo hacer pero sí puedo contarlo acá, a ustedes. (En estos años, he tenido la posibilidad de charlar con muchas personas cuyos perros y gatos tenían fibrosarcomas necrosados. Algunos veterinarios me convocaron para que fuera a dar charlas a sus consultorios sobre cómo atravesar algo tan tremendo como un tumor sumamente agresivo y reincidente como el que producen estas vacunas. Devastador). Entonces, no estoy hablando de no vacunar al gato o al perro sino de no sobrevacunarlos. En lo personal, mis gatos son de interior, esto significa que no están en contacto con otros animales, con lo cual, tomar la decisión de no vacunarlos más, ha sido fácil. Si tu gato sale y está en contacto con otros gatos, sí debés vacunarlo pero pedí a tu veterinario holístico que te dé un detox y repasen los pro y los contra de vacunarlo en exceso. Es importante. Los efectos de estas vacunas pueden aparecer aún 10 años después de suministradas. También se puede pedir un examen de concentración de vacunas, en algunos países se hace y es caro. Sé que en Argentina hay un método de saber estas cosas porque me lo han ofrecido pero nunca llegué a saber los costos.
Para terminar, dejo esta frase de el Dr. John Robb aclara: “El trabajo de los veterinarios es vacunar con el fin de producir inmunidad con la menor dosis y el menor número de aplicaciones que cumplan ese mismo fin. Una vez que la mascota es inmune, el trabajo está hecho.»
Nota: Vacunar al gato en la cola es la mejor opción.