Cuando decimos que un gato es carnívoro absoluto y que debe comer carne para poder desarrollarse correctamente y tener calidad de vida, asumimos que si le servimos un pedazo de pollo ya está está el menú resuelto y no es así. La dieta debe ser balanceada e incluir suplementos. Los huevos son una importante fuente de proteína y dentro de la dieta de un animal y funcionan como suplemento: contienen todas las vitamina menos la C, es un excelente suplemento de vitamina D y tiene fósforo, zinc, hierro, yodo y selenio. Todas las proteínas tienen un valor biológico, que es su contenido de aminoácidos utilizables y los huevos tienen el valor biológico más alto. En la cáscara, por ejemplo, encontramos carbonato de calcio, lo que termina de convertir al huevo en un alimento completo pero ojo, solo podemos servirla deshidratada y pulverizada siempre y cuando nuestro gato no consuma huesos, ya que estos también son una fuente de calcio. ¿Es importante incluir la membrana? Por supuesto, ya que tiene colágeno y ácido hialurónico y es buenísma para las articulaciones. Una forma de incorporarla en la alimentación es quitándola con cuidado de la cáscara y poniéndola a secar. Luego se guarda en un frasco hermético y listo.
¿Cómo servimos este maravilloso snack? Preferentemente pasado por agua para que la clara coagule y solo dos veces por semana si se trata de gatos adultos en mantenimiento. Si el que va a consumirlo es un gato bebé, 1/4 de huevo dos veces por semana. También podemos usar los huevos de codorniz, que son más sabrosos. En este caso, la ración sería de 1 huevo 4 veces por semana si se trata de un gato adulto y 2 o 3 veces por semana si es bebé. Y ya saben, ante cualquier duda, consultar siempre con un veterinario holístico de confianza que sepa de nutrición.