Antes de empezar a hablar sobre cómo cocinar para nuestros perros, sería importante entender, que nuestros animales no necesitan comer derivados de granos con moho, harinas de mala calidad, derivados de carne, pollo o pescado, químicos o vitaminas sintéticas. Tu mascota necesita y tiene que comer comida real, alimento real sin aditivos ni conservantes ni colorantes; proteínas de buena calidad.
El tamaño de la ración va a variar según el peso pero siempre es mejor consultarlo con el veterinario que lo atiende. Lo ideal, es que sea lo más variada posible y que incluya proteína de excelente calidad, aceite, frutas y verduras y semillas trituradas y activadas.
Las cantidades también van a variar de acuerdo a la actividad del animal. Si tu perro sale mucho o hace deporte a diario como lo indica Baltazar Nuozzi, la cantidad va a ser diferente a la de un perro que no se mueve. Eso sí, es muy factible que con el cambio de alimentación, un perro que antes era sedentario comience a moverse más.
Una muy buena opción es utlizar alitas o carcasas de pollo crudas. Los huesos siempre deben ser crudos, para evitar que se astillen. Y siempre tenés que discutir qué hueso es el mejor con el veterinario de perro.
Verduras (calabaza, espinaca, zanahorias y zucchini) al vapor o a penas cocidas y trituradas. Huevo crudo o pasado por agua. Mollejas de pollo crudas. Hígado de pollo crudo. 1 yogur de kefir porque con esto, agregamos probióticos o una cucharadita de vegetales fermentados. ¿Cómo se reparte la comida? De acuerdo al peso y a la indicación del veterinario. La idea es que si tenés que darle 900 gramos diarios de comida, lo repartas de la siguiente manera: 60% de carcasas, 20% de mollejas, 10% de hígado y 10% de vegetales. A esto, se le agrega entre 1 y 2 huevos a la semana y un yogur de kéfir (a la semana). También podés usar queso crema de kéfir. A medida que el perro vaya comiendo y acostumbrándose al nuevo alimento, se pueden ir incorporando más cosas pero siempre de acuerdo a lo que diga el profesional que lo atiende (y de acuerdo a su patología, si la tuviese). Nuestra amiga Carmen nos cuenta que Salgán tiene que comer 2 ajos por semana. Los perros, según indica Karen Becker, pueden consumir 1/4 cucharadita de ajo recién picado por cada 15 libras de peso corporal y obtener beneficios destacables, pero no más de esa cantidad.»