Gato mordiendo a una persona

No quiero que el gato me muerda

Quiero tanto a Grillo que me resulta imposible de explicar y nada me pone más feliz que verlo aparecer en la terraza o el jardín. Sin embargo, tengo las piernas todas marcadas porque a veces, en el momento menos esperado, me da un mordiscón. Realmente no quiero que el gato me muerda pero… Lo peor de todo es que como mi mamá vive al lado de casa, él también pasa a visitarla. Sobre todo si escucha mi voz en la cocina. Y hace unas semanas, la mordió también a ella y fue todo un escándalo.

No quiero que el gato me muerda

Los gatos no muerden sin razón alguna y la mayoría de las veces esto tiene que ver con una reacción frente a una amenaza. Pero ojo, también puede que sea un modo de juego del michi. Si observamos a dos gatitos jugando, generalmente veremos garras y mordiscos por aquí­ y allá. Mis gatos también me muerden como parte del juego pero es una mordida suave, casi sin clavar los dientes y nunca hay heridas ni sangre ni dolor.


En nuestro canal de youtube, subimos un video explicando esto. Es que cuando un gato nos muerde lo primero que hay que entender es que, muchas veces, está llevando a cabo una conducta social que le es propia aunque a nosotros no duela o no nos guste. Ojo, también puede ser por estrés. Es decir: el animal nos quiere decir algo y nosotros no lo entendemos. Grillo, mi vecino, se pone ansioso cuando me ve. Y lamentablemente esta reacción está directamente relacionado con lo que ocurre en su casa, con sus dueños y eso me excede. ¿Ellos le pegan? ¿Lo molestan? ¿Juegan usando manos y pies? ¿Le prestan atención o lo dejan siempre solo? ¿Por qué está tan ansioso? ¿Se siente mal?

Lo importante es mantener la calma y no gritarle, ni pegarle ni retarlo. Aunque parezca imposible. Uno reacciona por instinto y hay cosas que no puede controlar como el grito o el reto. Entonces, simplemente nos alejaremos y dejaremos de prestarle atención. La idea es que el gato asocie esto con el fin del juego. También podemos permanecer inmóviles y esperar que se vaya. O decir un fuerte y contundente AUCH como para mostrarle que nos la mordida nos provocó dolor y acto seguido, alejarnos de él­ y dejarlo solo. Es fundamental equilibrar esto con el famoso refuerzo positivo: mimos y premio si el gato está tranquilo y se comporta con amorosidad.

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Las mordeduras pueden provocar infecciones. Siempre hay que limpiar y desinfectar muy bien la herida y si hay hinchazón, dolor y la infección no remite, hay que ir al médico. No los quiero alarmar pero mi abuela Sabina perdió una pierna por no ir al médico rápido ni bien la herida se puso fea.

 No hay que olvidar que los dientes del gato, cuando muerden, sueltan bacterias que van más profundo y pueden provocar una infección. Ni hablar de las uñas.


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